Buenos días!! No es un sueño, seguimos en el paraíso ^_^
Levantarse, correr por la arena.
Observar los maceteros aleatorios y la gente que sale en kayak.
El tiempo que pasa despacio, entre la jungla y los mini-altares.
Pero entre tanto paraíso, hay un negocio que no descansa: La venta de escobas parece el área con más crecimiento de estos años. 10 minutos, 3 escobas vendidas. Es casi tan provechoso como poner una gasolinera de jungla - de la que hablaremos mañana.
Palmeras que se doblan con los tifones y siguen creciendo en vertical al pasar la tormenta. Muy artísticas, que no?
En la selva hay hueco para todo tipo de cuisine… Pero viviendo en Japón, la cocina local sigue siendo la opción principal.
Pad Thai un gran favorito (a pesar de que no sea picante) para cualquiera que lo haya probado.
Tras la comilona, a relajarse con una pedicura de pececillos con vistas al mar.
Cuando te cansas de una playa paradisíaca, es cuestión de pillar un taxi y que te lleven navegando a la siguiente.
Más palmera inclinada, en todo su esplendor.
…y para cenar? Unas brochetas de pollo, acompañadas de una Chang (5€)
1 comment
Las brochetas no eran de pollo, eran de seafood (pescado, gambones y sepia)!! ;)
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