おめでとう!Enamorada de mi regalo :__)
Hoy hace un año de
nuestra boda. La vida nos ha cambiado mucho, no por casarnos (que ya llevábamos años de convivencia e hipoteca) sino por el gran viaje en que nos embarcamos, a los pocos días de dar el sí quiero.
Hace casi un año, desde que nos mudamos a Tokyo. Dejar atrás una vida de frío, pero también de abundante tiempo libre, vacaciones y bienestar social, para cambiarla por el stress del día a día en este maravillante entorno oriental. No hay nada de lo que arrepentirse, pero los pequeños baches del camino (i.e. trabajar findes, días de guardar y no coincidir en las vacaciones por una cancelación de última hora) da que pensar. Casi tanto como cuando descubres que el sol te hace feliz, que el invierno no tiene por qué ser una época de sufrimiento en el hielo, sino la oportunidad de llevar pieles y botas al sol, cuando el clima es más templado (y se asemeja al de tu España natal).
12 meses intensos, en los que hemos disfrutado, sufrido, viajado y trabajado duro. En los que, nos hemos apoyado mutuamente para cuidar al otro, cuando no para de trabajar. Da miedo, el monstruo en el que el stress prolongado te llega a convertir. Reconforta, el ver que tu media naranja tiene el poder sobrenatural que consigue calmarte y devolverte la sonrisa, que el cansancio borra a veces.
Por todo esto y mucho más, hoy era un gran día para nosotros. En el que ha caído todo el agua del mundo. En el que hemos abortado cualquier actividad al aire libre, para dar paso a esa tarta de chocolate, que solíamos compartir
de novios en
La Panadería de Fernando el Católico.
Viviendo en Daikanyama, mejor acercarnos dando un paseo hasta Omotesando, donde espera el refinado café en el 2F de
La Maison du Chocolat.
Helados de frío, mejor entrar en calor con un
Chocolate Andalucía con un delicado toque de limón.
De ahí a los clásicos de
La Maison, el
èclair y la tartalette.
Sin embargo yo, me he decantado por el
tube de l'êté:
Chocolate negro que encierra mousse de chocolate negro perfumada a la flor de Hibisco y gelatina de frutos rojos en compota (grosella, fresa, frambuesa y arándano). Montado en una galleta de mantequilla de Bretaña (que se ha comido Enrique)
y decorado con grosella y una hoja de oro comestible.
Ni las migas.
La Maison Du Chocolat
[MAP]
(M) Omotesando
Aoyama 3-10-8, Kita-Aoyama, Minato-ku, Tokyo (107-0061)
東京都 港区 北青山3-10-8 (para pegar en google maps)
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