Today's afternoon in wan pet shop, Shibuya (Tokyo on my instagram @dontplayahate)
Si la noche del Viernes se convierte en una larga cena (de amigas) en el bar del
Grand Hyatt en Roppongi Hills, te expones a darle muchas vueltas a la vida. Dicha cena, es el colofón final de una semana
cuando menos interesante , por no decir desesperante… Nos arriesgamos a una epifanía.
La edad, viene inevitablemente asociada con el grueso de experiencias pasadas. A medida que envejeces, que viajas, que conoces gente, que luchas, que escuchas, la realidad te demuestra que la vida no es justa, que las cosas a veces no son lo que deberían, no cumplen nuestras expectativas y lo peor, que a menudo no hay nada que podamos hacer para cambiarlas.
Estas bofetadas, destruyen la curiosidad, el optimismo, la fuerza de voluntad, cierran la mente y el corazón.
La gente pierde la capacidad de enamorarse, de innovar, de soñar, de abrirse a los demás. Hay quien dice que en esto consiste madurar. Entiendo que es probablemente la razón por la que algunos adultos actúa como críos (mienten, escurren el bulto, patalean y abusan de sustancias - como el tabaco = chuches del salaryman), pero no trago con que dar marcha atrás (obviando todos los aspectos positivos en la mente infantil) sea el camino a seguir.
Crecer nos permite entender cómo las partes interaccionan, para componer un todo. Nos enseña a leer más allá de lo que alguien dice, para entender lo que de verdad piensa. Nos entrena a expresarnos selectivamente, a dar&tomar, a navegar las reglas que controlan diversos aspectos en la sociedad. Es un poco como estudiar ingeniería. Al acabar no recuerdas nada, porque realmente te han enseñado a aprender.
Vivir, debería asemejarse a subir una montaña. Paso tras paso, avanzas con más firmeza sobre las rocas. A la vez, la altura que alcanzas te muestra un horizonte, cada vez más grande, abriéndose ante tí. Queda mucho para alcanzar la cima, así que lo más pragmático es centrarte en las pequeñas maravillas que te cruzas en el camino. Una mariposa aquí, una florecilla allá. A veces, pisas en rocas sueltas. Acojona. Pero sigues adelante, porque ya puestos, sería estúpido volver atrás.
Alcanzar un objetivo empieza por creer en que es posible - otherwise, you're done before you even start.
Superar los obstáculos del camino es más bien un ejercicio de analítica. Racionalizar cómo funcionan, te hace más fuerte ante ellos. Sea una sociedad arcaica, un profesor sádico o un tío idiota. Tras cada acto infame, se esconde una gran podredumbre mental. En un número aplastante de casos, se trata de una tremenda inseguridad. Es muy fácil sentirte superior cuando pisoteas a los demás, verdad? Un hombre mediocre está mucho mejor posicionado cuando la sociedad dice que "una mujer debe estar tres pasos por detrás". Quien engaña sistemáticamente, demuestra una necesidad de atención constante. Quien pisotea, carece de autoestima. (…)
Cuando crees que has tocado fondo, las cosas cambian y la vida, te muestra una cara amable en la que los sueños, se hacen realidad.
Empiezo este post con un sueño que hoy no puedo hacer realidad (el de adoptar un gatito). Lo termino con uno que de sorpresa, se ha hecho realidad.
Ver los cerezos florecer junto a esa fuente de energía positiva, actividad, creatividad, inocencia y bondad: mi mamá.
PS: Para más aventuras (y desventuras) en Tokyo, seguidme en instagram @dontplayahate
Today's morning in Yoyogi Park (Harajuku), the plum trees (ume boshi) in full bloom.