Esa actitud agria, depresiva, de lamentos por sufrimientos pasados que - aunque probablemente, nunca volverán - siguen ahí, clavados en la memoria, impidiendo el regocijo actual.
Esa actitud que descubrí, identifiqué a la vez que aprendí a despreciar hace muchos años, durante esas vacaciones interminables - se queda corto para lo que un mes de poca playa y muchas visitas supone cuando eres la afortunada hija única de 11 años, enclavada en un caserón alquilado sin nadie con quien jugar - en Galicia, las Rías Baixas, la tierra de mi queridísimo padre y su extensa familia.
Poniéndose morados de marisco "co a fame que eu pasei", chemecando por lo desgraciados que fueron "ayy Pepiño... O que eu traballei", haciéndose los cristianos piadosos y criticando por lo bajini escondidos trasel órreo, desgraciando reiteradamente su existencia cuando podría ser un sueño en tierra verde, delicias y viñedos.
Esa actitud que por mucho que odie admitirlo, forma parte de mí.
Con el estómago destrozado - nervios? ansiedad? miedo al fracaso? - preocupada porque no he repasado suficiente sueco o no seré capaz de hacerlo bien en Ericsón; preocupada porque no llegaré a todo, bloqueada cuando el sol brilla en mi puñetera cara.
No soy la que era. Más fuerte, más madura, más conectada a la realidad pero demasiado escéptica y taciturna. Como si nada pudiera ilusionarme lo suficiente como para borrar esta cara de criticismo permanente que se me ha quedado. Me bloqueo al decidir, temo equivocarme y el miedo, la agonía se fortalecen día a día, mellando mi frágil psique cada vez más irreparablemente.
Need to STOP. & RESET.
Lo mío siempre fue marcarme retos. Y bueno, erradicar este rasgo desdeñable de mi ser es mi próximo objetivo. Porque no puedo seguir así, porque nadie puede ser feliz así, porque nada tiene sentido si no conlleva un mínimo de ilusión at the end of the day.
Ayer... Me fui de paseo por el tercer cinturón sol, cierzo, mi música y yo - 19.812 km, según google, en 4h dan para pensar. Liberador a la par que alentador. Es en eso en lo que quiero reconvertir mi existencia, en pequeños retos. Conseguidos o no, lo de menos. Si sale bien, lo celebraremos; si sale mal, nuevo plan y a por el siguiente. Porque intentar avistar un futuro demasiado lejano no conduce a nada
Se me acaba de ir la luz. Todo el barrio a oscuras!!!
Ni el puente, ni los semáforos, ni nada de lo que mi vista alcanza.
RESET... Señal divina o coincidencia? Lo tomaré como un indicador del buen camino, sin más, porque todos los elegidos con el corazón lo son al menos, hasta que se demuestre lo contrario.