El final de la tortura
El zaragozano Artemio Echeverribar culmina el exigente Marathon des Sables marroquí.
"Ha sido una experiencia descomunal". Artemio Echeverribar aún le quedaban fuerzas para narrar lo que han sido "cuatro días de locura" en una de las carreras de larga distancia más duras del mundo, el Marathon des Sables (MDS), que ayer se despidió del desierto marroquí con una fiesta en Ouarzazate. El deportista zaragozano cumplió su objetivo, finalizar una prueba que se ha convertido en emblema de superación. Aunque el precio haya sido un desgaste físico brutal. El otro aragonés presente en la cita, Alfonso García, no pudo culminar su sueño y tuvo que abandonar.
El reto para los más de 850 participantes era superlativo: completar los 245 kilómetros programados, y repartidos en seis días (con etapas de 20 hasta 80 kilómetros), por el desierto del Sahara, con temperaturas extremas que rozaban los 50 grados y descendían hasta valores en negativo. Pero el plan sufrió cambios desde la primera jornada, prevista para el 29 de marzo. "Llovió muchísimo y la situación se tornó caótica. Hubo que redibujar las etapas, con un circuito más montañoso y pedregoso", relata. Ese día se suspendió la prueba y los kilómetros se distribuyeron en las siguientes. Echeverribar y García firmaron con éxito las dos primeras jornadas. La tercera era excepcional: "Fueron 92 kilómetros terribles. El calor era tremendo. Andar, ya no correr, se hizo muy complicado. Agónico", detalla Echeverribar, que terminó la distancia en 14 horas y 37 minutos. Alfonso García no pudo seguir.
Con los pies destrozados, llenos de ampollas, abiertos -"me cosía la piel con hilo", describe-, las fuerzas al límite - "planifiqué mal la comida, pasé hambre y sed, y frío, mucho frío"-, pero con la mente fuerte. "Sabía que aguantaría porque tengo facultades para sufrir. En ningún momento pensé en la retirada, pese a que el dolor en los pies era extremo", puntualiza Echeverribar. La carrera se recortó a cuatro días. El pasado viernes, la tortura terminaba para los 770 valientes que alcanzaban Ouarzazate. Artemio se clasificó en el puesto 201: "La experiencia ha sido magnífica. He conocido a gente de un nivel deportivo muy alto. El ambiente ha sido fenomenal; la organización, increíble". Los dos osados aragoneses descansarán esta noche ya en Zaragoza.
[via El Heraldo]
Raza. Esfuerzo. Dolor. Mejor. Ser mejor.
Porque las competiciones que marcan una diferencia nunca fueron contra los demás sino contra uno mismo, enhorabuena, Artemio.
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