El teléfono que nadie coge.
Antes de venir de Estocolmo, schedulé mi particular felicitación de Navidad. Para que se publicara a tiempo, para que contara la historia perfecta en la que mi vida había parecido convertirse a lo largo de los últimos meses.
Inocente. Mi realidad se derrumbó - relativamente - el día 23, tras 12+ horas de viaje, esperando en la cinta del Prat a esa Samsonite turquesa que me ha acompañado por medio mundo. Como el pobre gatito de Sofía, nunca apareció.
Un número de teléfono, un código y te marchas al hotel, con lo puesto, rezando por que las localicen pronto, por que los regalos, ropas y medicinas vuelvan a tí antes de lo que piensas.
Son malos días - te dice todo el mundo.
Vámonos de fiesta! - te anima el colectivo inmigrante que ha vuelto a casa por Navidad.
Verás como aparecen, siempre lo hacen! - vocean los optimistas.
La gente es muy mala, si ven una maleta ahí sola... Se la llevan - indican los pesimistas.
La opinión es como el culo, que todos tenemos uno. Mientras tanto, tú... Sigues con tu neura. Aun a sabiendas de que el mundo no se acaba por ello, de que hay cosas peores, de que al menos, estás en España, brilla el sol y puedes ponerte botas sin medias... Pataleas. Sola o acompañada, de paseo, por las noches, pataleas. Y actualizas incansable ese link de klm que dice que tus maletas llevan desde el 24 en el Prat.
Por qué nadie nos avisa? Por qué no cogen el teléfono? Llamas y lloriqueas por servicios varios y en todos, te dicen lo mismo: Como en los duelos del Oeste, esto es entre dos; la aerolínea y tú. Los días siguen pasando, nada ocurre. Y como al afrontar la muerte - creo yo... - terminas por resignarte, aceptar que es probable que no vuelvan e intentar reponer las cuatro cosas que más necesitas para pasar estos días i Spanien.
Te mantienes ocupada, vas al cine, estás con los que quieres, con esos que, a diferencia de tus enseres perdidos, no tienes cerca el resto del año. Y justo cuando pierdes la esperanza, se abre ese rayito. La web indica que tu maleta llegará el día de los inocentes, por la mañana, a casa de Enrique.
No te lo crees mucho pero mantienes los dedos cruzados, tocando madera, para que esta pesadilla termine... Y se convierta en colorido sueño digno del Dr. Parnassus.
El mundo se mueve al contar historias y a mí, deben de pasarme las más extrañas :P
2 comments
Cariño!
Ya verás como aparecen ...
A ver si hoy,que ya es día medio normal para la gente que trabaja, se ponen las pilas y te dicen algo ...
Mi gato, es verdad ... nunca regresó, pero bueno ... quien sabe? capaz de algun dia llegar a casa y encontrarmelo en la puerta hecho unos zorros ... jajaja!
Un beso nenita, que se te quiere!
Oye, no le falta una cifra a tu numero???
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