Para que luego digan que hace frío en España.
Justo a tiempo de Nochevieja. Justo antes del reparto de regalos en Año Nuevo. Mi maleta ha aterrizado en Zaragoza, en el último reparto del año :D Así que no es fácil imaginar lo contenta que estoy de haber recuperado mis cosas, tras una semana vivendo con lo puesto.
Pero nada puede ser perfecto y hoy, ha sido uno de esos días que lo demuestran. Si ayer conseguí hacer funcionar el router WiFi de Apple con el modemcable, eso supuso acostarme a las mil... Cuando tenía peluquería al punto de la mañana hoy. Madrugón, que no ha servido de nada, pues se les había agotado el cauterizador y me he quedado sin Kerathermie, con lo que las tres horas de salón se han reducido a escasamente dos. La mañana ha terminado con una visita a La Pomponette, la tienda que Laura inauguró recientemente en la que no estaba lo suficientemente inspirada como para encontrar nada :(
El sol brillaba como en el verano que tardará muchos meses en llegar a Stk, pero tenía pocas fuerzas y mucho sueño, con lo que el gran paseo del mediodía se ha convertido en siesta corta tras una copiosa comida. Y la tarde, aunque corta ha cundido.
Descubrir que en Zaragoza hay espacio para el interiorismo mayúsculo, con un espacio plagado de joyas reeditadas por VITRA, homenajes a mis queridos Eames y Taschen... Hasta recordar tiempos pasados con viejas amigas que siguen ahí, tal y como las recordaba.
Mis enseres esperando en casa de mis padres, junto a la bronca que nunca termina... Sabes? Ya no consigue amaragarme. No merece la pena. Ni merezco que tanta mierda me salpique.
Los sinsentidos, dimes y diretes siempre fueron aburridos cuando los sacas de las telenovelas a las que mi progenitor está enganchado. La vida es muy corta y bastantes cucharadas amargas me ha tocado tragar como para andar aclarando la garganta para pasar aquellas que, por ley, no me incumben.
Pero nada puede ser perfecto y hoy, ha sido uno de esos días que lo demuestran. Si ayer conseguí hacer funcionar el router WiFi de Apple con el modemcable, eso supuso acostarme a las mil... Cuando tenía peluquería al punto de la mañana hoy. Madrugón, que no ha servido de nada, pues se les había agotado el cauterizador y me he quedado sin Kerathermie, con lo que las tres horas de salón se han reducido a escasamente dos. La mañana ha terminado con una visita a La Pomponette, la tienda que Laura inauguró recientemente en la que no estaba lo suficientemente inspirada como para encontrar nada :(
El sol brillaba como en el verano que tardará muchos meses en llegar a Stk, pero tenía pocas fuerzas y mucho sueño, con lo que el gran paseo del mediodía se ha convertido en siesta corta tras una copiosa comida. Y la tarde, aunque corta ha cundido.
Descubrir que en Zaragoza hay espacio para el interiorismo mayúsculo, con un espacio plagado de joyas reeditadas por VITRA, homenajes a mis queridos Eames y Taschen... Hasta recordar tiempos pasados con viejas amigas que siguen ahí, tal y como las recordaba.
Mis enseres esperando en casa de mis padres, junto a la bronca que nunca termina... Sabes? Ya no consigue amaragarme. No merece la pena. Ni merezco que tanta mierda me salpique.
Los sinsentidos, dimes y diretes siempre fueron aburridos cuando los sacas de las telenovelas a las que mi progenitor está enganchado. La vida es muy corta y bastantes cucharadas amargas me ha tocado tragar como para andar aclarando la garganta para pasar aquellas que, por ley, no me incumben.
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