Un largo camino...
... hasta el cabo remoto de la isla.
Al final, me he hecho pupita :(
Las vacaciones son ese período de tiempo en el que, liberado de obligaciones laborales, gozas de tiempo libre para invertir en lo que desees.
Viajar, redecorar tu casa, cebarte, leer, ir de SPA o machacarte. Cualquier opción es buena, con tal de cambiar y disfrutar. Así he terminado, pateando el Dodecaneso.
Kalymnos es una gran opción, suficientente pequeño como para conservar el encanto de la Grecia isleña intacto. Aquí, no tienes esa sensación Benidorm que abunda en Kos, ni tanto que ver, ni carril bici, ni màs de tres restaurantes en un radio de 2km desde el apartamento.
Es interesante. Caminar pir una carretera vacía, donde sólo te adelantan motos con escaladores y cabras. Reconocer las caras de los otros forasteros, a esos que te cruzas varias veces al día y ser saludado por los que regentan el súper y la cafetería, que en menos de una semana se han quedado con tu cara.
María, la mujer de Manolis, no habla inglés. Pero nos entendemos. Me prepara el frappé de la mañana y yo, me pregunto cómo sería mi vida, si hubiera nacido aquí. Probablemente más cerrada, despreocupada, lenta y relajada. Con esa felicidad ignorante del que no se preocupa de lo que cae un poco más allá. Los hay como ella, que no tuvieron la oportunidad pero también como Manolis, que habiendo partido y recorrido decidieron retornar, al ritmo lento y la cálida felicidad.
Ubicación:Καλύμνου-Εμπορειού,Κάλυμνος,Grecia
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