Ojalá pudiera tocar el tambor rojo tres veces y olvidarlo todo. Como Dorothy.
Dejé la lluvia japonesa atrás. Irónicamente, a las lágrimas del cielo, las sucedieron lágrimas en mis ojos. Por una cosa u otra, llevo una semana en la que no levanto cabeza. Hiero, me hieren, todo son decepciones. Traiciono, me traicionan, todo son hinchazones. Somatizo el stress a través de mi IBS.
Se hace especialmente complejo, para quien que no cuenta con demasiada gente. Porque confiar de verdad en un número reducido de personas, es maravilloso. Hasta el día en que no actúan como esperas. Y te hieren a golpe de decepción.
Llaga que nunca cierra completamente. Aunque perdones, aunque intentes olvidar, siempre queda la cicatriz de aquella punzada que te dejó tan mal. Cual gato escaldado, cada vez te da más pánico caer de lleno en el pozal. Sufres, pero a través de ostias, consigues madurar.
O al menos, es el único consuelo que te queda, cuando intentas parar de sollozar.
3 comments
Mucho ánimo guapa. Sólo nos hieren aquellos a los que queremos, lo demás no debería importar.
Intenta levantarte, eres fuerte. Apóyate en aquellos que realmente te quieren y en las cosas buenas que tienes y has pasado, lo malo pesa demasiado y nos impide avanzar. (Experiencia propia).
Besines.
Ana
Ánimo linda, intenta conocer a gente nueva y mirar otros puntos de vista, empaparte de cosas nuevas y ampliar horizontes. Es el momento ahora.
Un besazo,
V.
No merece la pena perder más tiempo con esto. La vida son cuatro días y de nada me sirve machacarme por cosas que pasan. Todos la cagamos en algún momento, así que lo mejor es olvidar y seguir adelante.
Gracias, por tender una mano cálida en la lejanía. Es bastante "touching" que completos extraños demuestren tal empatía.
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