Lost - in Shinjuku, the glass & sin jungle.
Así, sin darte cuenta, pasan los días en esta ciudad. Sin más preocupación que encontrar una ruta para el día, un menú que entiendas y una tienda donde acepten tarjeta, nos hemos ido perdiendo por todos los pequeños mundos que componen esta urbe.
Allá donde vas, todo son reverencias, respeto, contención, profesionalidad. La noche te guía, a través de la roja luz de las linternas que señalan los izakaya, hasta la calidez de una sociedad abierta, sonriente, social, que se relaja con mucho alcohol y brochetas a la brasa. No todo es vicio, por supuesto. También hay muchos que corren en torno al Palacio Real junto al que nos alojamos. Pero así, bajo las nubes que cubren la ciudad en esta época del año, el tiempo corre más deprisa que en Estocolmo.
Último día, next stop: Vienna.
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