
Nice, huh? Pues no habéis visto la bolsa... Eso sí que era de flipar.
Será la subida de sueldo en Tokyo o la soledad marital, el caso es que empiezo a actuar de manera asiática en lo que se refiere al consumismo.
En Tokyo, no se trata de comprar, ni de tener. Todo se centra en "la ceremonia". Sea barato o caro, en Dior o en el
Supermercado, todo se empaqueta con sumo mimo y se tiende al cliente cual regalo.
Es bastante normal (tiendas monas de decoración asequible como francFranc) que el dependiente aguarde en la puerta, prepardo para la reverencia y ofrenda de bolsa a dos manos, que con el mismo respeto debes aceptar.
Así que una lección más de esta sociedad. La de tomarte el tiempo que cuesta hacer las cosas bien y dar gracias, porque cada momento es un regalo a disfrutar.
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