While everything blooms around, I feel like bleeding tears as in a sad blues.
Tras una semana genial, nos pegamos el madrugón de acompañar a nuestros papis al tren del aeropuerto. El cansancio no me dejó dramatizar, pero el silencio sepulcral que me vuelve a rodear me recuerda lo mucho que te echo de menos, nada ni nadie te consigue reemplazar.
Supongo que subestimamos la distancia, lo que un ser humano consigue soportar. En fin, que a todo, te terminas por acostumbrar. Pues es sólo en esos momentos mágicos, cuando caminamos a la par, en los que me doy cuenta de lo que feliz que me hace el tenerte cerca, mamá.
Sólo puedo darte las gracias, por acercarte a dar un paseo por esta realidad. Donde nada es lo que parece y lo puntero choca con la más conservadora sociedad. Tengas buena memoria o mala, conservarás esa paz que vive en los rincones de Japón. Alejada de los típicos estereotipos de lujo, putas y salaryman.
Salimos bien en la foto. No hay mejor maquillaje, que la pura felicidad.
2 comments
Una mamá viajera.
La mejor del mundo.
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