Cuando nos vamos de vacaciones, tratamos de evitar los hoteles excesivamente caros, dado que nuestros viajes de año nuevo suelen ser bastante largos y a la vez, podemos prescindir del lujo. Con un baño limpio y agua caliente, es suficiente. Sin embargo, decidimos hacer una excepción en la noche que teníamos de layover entre el vuelo de Puerto Rico a Miami y el vuelo de regreso a Madrid.
Para una vez que me dan vía libre conseguí encontrar la mejor opción, Nautilus, un hotel del grupo Sixty cuyos principios me cautivaron.
SIXTY Hotels es una colección de alojamientos de lujo, iconoclastas y exclusivos con sede en la ciudad de Nueva York, Los Ángeles y Miami. Elegimos fomentar la inspiración a partir de nuestros telones de fondo urbanos, y ofrecer un servicio y una experiencia exclusivos; el objetivo de SIXTY Hotels es, simplemente, inspirar y satisfacer a nuestros huéspedes. Consideramos que un hotel debe proporcionar más que solo una cama, un baño y un minibar. Un hotel es una forma de vida que representa los gustos personales de los huéspedes.
Nuestros huéspedes son verdaderos “artistas en residencia” que se sienten como en casa y convierten su experiencia en un lienzo. En nuestros hoteles exclusivos, los huéspedes en residencia se toparán con una paleta de colores distinguida, un servicio profesional y comodidades en todos los aspectos. El resultado es un equipo de atención que garantiza que tu estancia en un SIXTY Hotel te acompañará por mucho tiempo después de salir del hotel.
SIXTY Hotels forma parte de SIXTY Collective, una nueva compañía fundada por los hermanos Jason Pomeranc, Michael Pomeranc y Lawrence Pomeranc, comprometidos en crear una experiencia cultural integral en la industria de la hospitalidad.
Alojarte en Nautilus es como vivir en un museo de arte moderno, donde el servicio es atento y refrescante. Aterrizamos en Fort Lauderdale, donde un tiroteo había ocurrido menos de una semana atrás con lo que todo funcionaba anormalmente tarde. Al llegar al hotel, estábamos bastante cansados así que decidimos probar Cabana, el restaurante del mismo. Pese a no ir para nada vestidos para la ocasión, fue una velada memorable.
Seguida de un descanso reparador en la habitación, cuyo baño me dio ganas de reformar el mío. Alguien sabe dónde encontrar esas baldosas de mármol? SON ABSOLUTAMENTE DIVINAS.
La cama es abatible y durante el día, desaparece de la habitación. El minibar tiene un diseño muy curioso, parecido a un baúl de Louis Vuitton.
La zona del lobby y el piano bar es un museo en toda regla.
Pena que el último día saliera bastante nublado y fresco, hubiera sido perfecto pasarlo en la piscina - mi melancolía traspasa la imagen, lo sé.
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