El silencio.
Las provisiones españolas - meros guantes de crin del Mercadona, de los que rascan, imposibles de encontrar aquí - llegan sin nota que de acompañamiento. Aunque hablemos cada día y creas que tienes poco que contar... En serio, a todos nos hace ilusión recibir algo más.
No pido mucho. Me basta con un pequeño resumen del día, algo que amenice el rato tonto desde ese momento que marca casi el final del día, cuando cruzas la puerta, te quitas la ropa empapada por la ventisca y te dispones a la rutina culinaria de cada noche.
Pero no oigo nada más que el repicar del cuchillo de cerámica contra la tabla. Silencio, sólo interrumpido por el estampido de la extractora. Siempre fuiste de pocas palabras, pero vivir en silencio termina por hacerse demasiado cuesta arriba. Horas y horas punto en boca. Sólo comunicándome por email. Sola en la oficina. Mirando el facebú en el baño y esquivando meetings inútiles. Ésos en los que las horas se pasan sentado, escuchando los problemas sin solución de siempre, mientras fuerzas los párpados, para evitar el chiste típico de la hora de la siesta. Supongo que el saber de antemano que, probablemente no lleven a nada más que acercarte a la hora de salir, tampoco ayuda al entusiasmo.
Pero vas terminando tus cosas a tiempo. Nadie te lo reconoce pero da igual, te sientes satisfecha contigo misma. Una proposal para el standard de turno, el otro documento casi listo y un open issue cerrado ponen la guinda a la jornada.
Junto al par de guantes que te esperan en casa. Junto a las manoplas de GoreTex que llegaron ayer y el abrigo que, con suerte, aterrizará mañana, estrenas cremas y cepillos. Sigue siendo cierto. Nadie te cuida como tú... A tí misma. Malos días los tiene cualquiera, así que mientras espero que las conversaciones amenas vuelvan pronto a estas cuatro paredes...
Me centro en mis cosas y os doy las buenas noches, pensando en abrir mi VOGUE Paris, en recibir mis cepillos y cremas varias de saldo. Había llegado el momento de invertir en mí misma. Con un cepillo que se desmonta cada vez que trato de secarme el pelo, con las púas del otro sembrando la casa, la cosa pasa de castaño oscuro. Renovarse o morir, hoy ha tocado slösar. Me he hecho con lo que necesitaba. Merezcan la pena o no, la mitad de la historia reside en invertir en mi persona that extra bit...
So if you feel low, take the chance and make one of your tiny dreams true. Won't change the world but at least, cheer up the day!
1 comment
Una de las mejores cosas de leerte es ver que alguien más siente que pierde la vida frente al pc, horas y horas de trabajo, por cumplir..
Una de las alegrías es invertir en tí.
Mua
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