A veces es necesario darse cuenta de cuándo parar. Por mucho que sea mi responsabilidad. Es triste ver que todo el peso cae sobre mis hombros. Aunque todo lo que pregunto termine por ser contestado, sigo siendo la única que produce un formato perenne, para que el proceso... Pueda continuar.
Las horas pasan entre cuatro paredes. Mi querida oficina pronto será reemplazada por esa terrorífica área abierta - que sale muy barata - a la que nos mueven. Ni un año me ha durado la concentración aislada. Ésa que necesito para trabajar eficientemente. Qué más da? No merece la pena lamentarse, ni hace falta experiencia como para ver claro que "nada funciona oficialmente", que por cada tres que trabajan, hay 27 figurando; que el funcionariado y al burocracia son el cáncer de cualquier gran institución y de que las mismas normas que permiten su funcionamiento se terminan convirtiendo en verdugo.
Toda esperanza no anda perdida,siempre hay luceros que alumbran el camino. Gente que aparece, a ver qué tal vas; gente que te ayuda incondicionalmente, aunque no te conozcan, es como si apreciaran el esfuerzo que haces desde tu ignorancia y, como al niño con ruedetas, te ayudaran a dominar esa bicicleta nueva. Cualquier aprendizaje necesita de un buen maestro, no sorprende sentirte afortunado cuando lo encuentras y te ganas sus favores - a base de esfuerzo.
Cuanto más tiempo pasa, más creo en el Karma. Vive a mi alrededor. En la gente de mi oficina, en Enrique, en la suegra que tanto cuida de mi madre, en los diamantes que aparecen en mi camino, en las hermanas que siguen ahí, en todo lo que recibes cuando tus acciones vienen de la bondad sincera, en las bofetadas con las que antes o después, pagas tus acciones y pensamientos rastreros. El odio, la envidia terminan en tu contra. Desde la química a la filosofía. Nadie es perfecto, pero hay maneras de afrontar los malos sentimientos. Si te atrapan, intenta racionalizarlos. Por qué te sientes así, realmente? A qué viene todo esto? Merece la pena? Si no puedes encontrar argumentos, da un paseo, distrae tu atención, déjalo ir. Reemplaza el odio por compasión, alimenta con envidia tu esfuerzo de superación. Sigue tu camino. De Goleman a Viktor Frih. Todos con la misma historia.
Pero bueno, mis cara sembrada de calenturas que ni cuatro Compeed llegan a cubrir, mi ciática y yo, nos hemos largado a casa antes de fichar las 10+h de curro que empiezan a abundar. Justo a tiempo del Yoga, de la desconexión semanal e intentar retornar al camino de la luz. Qué cosas más bonitas dice mi profesor, con esa mezcla tan extraña de Sueco y Sánscrito. Me ha empujado la espalda, plegándome cual taco en la Paschimottanasana. Aunque tarde, llego renovada, relajada, con mucha hambre y un paquete de DHL - adivina qué?? - bajo el brazo. Para encontrar a un cielo cocinero y una mesa puesta. Así cualquiera.
No hay nada bueno ni malo, sólo la sabiduría crece hasta que entendemos la unión.
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