He estrenado mi gorra, corriendo bajo la lluvia.
Diluviaba pero había 8C, así que más que penitencia ha sido una liberación - mi primera vez, bajo la lluvia.
La de las calles vacías y las lágrimas que caen del cielo, mientras pienso en cómo podría devolverle la sonrisa a quien la ha perdido. Mi compañero de pupitre ha amanecido con un muffin casero sobre la mesa, cortesía de los pasteleros domingueros. Quiero creer que pequeños detalles como ése, sirven para cambiar las cosas.
Poco a poco. Con constancia. Como el ejercicio. Como las dietas. Como los idiomas. Como todo esfuerzo por mejorar. Poco a poco, se alcanzan las cosas. Así que vamos a trabajar junt@s por camabiarlo. Yo lucharé contra mis medicamentos, tú contra tus demonios - los que sean. Como diría Obama, together we can.
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