An apple a day...

...keeps the doctor away - they say.

Ojalá fuera todo tan simple, como comer las tonterías que recomiendan en la herboristería para mantenerte eternamente sano, joven y feliz. La realidad siempre supera a la ficción y con 26, te ves sola y obsesionada. Tu hígado revienta, tus hormonas fallan o tus células se multiplican más de lo que deberían. Y como reza el slogan antisida 'el único regalo que quiere el enfermo, es curarse'. Intentas luchar, hacer caso, pero cuando la cosa no mejora... Sólo te despiertas empapada, en pesadillas donde todos los que te hacen feliz se alejan de tí. Pues eres consciente de que la negatividad es un tufillo que te persigue allá donde vas y de que, como en un saco de naranjas, una pequeñita podrida, termina por arruinar a todas las demás.

Duele despertarte con miedo, esforzarte y que nada sirva. Duele el frío y la soledad. Trato de no mirar atrás, pero es inevitable echar en falta esos momentos cuando los problemas no eran reales y las vacaciones, algo que planear con ilusión - en lugar de un motivo de depresión, donde darte cuenta de cual es, en realidad tu situación.