
Propuestas de remodelación, para comienzos del 2012.
Cualquiera que me conozca bien, sabe que soy reacia a los cambios. Me gustan las cosas antiguas, los muebles usados y las construcciones únicas, que dicen algo diferente. Fue amor a primera vista. Igual que con Enrique. Del verdadero. Del que te cala hondo, sin razón aparente, pero con toda la fuerza del mundo.
Esos caminos enrevesados que dan lugar a las escenas más turbulentas de Millenium. Esa vista incomparable, desde Söder a Gamla Stan o desde Gamla Stan a Söder. Sientes escalar la cumbre, mientras subes por esas rampas laberínticamente enrevesadas, que conectan ingeniosamente seis direcciones de circulación. Me encanta caminar por ahí, cada día y sé, que no estoy sola, pues hay muchos que detestan esta propuesta tanto como yo.
Tengo problemas para entenderlo. Por qué lo nuevo tiene que ser mejor? Por qué no centrarnos en nutrir nuestra cultura, en apreciar lo que tenemos? Por qué son los locales incapaces de ver la belleza que les rodea?
Me duele, que amenacen con robarme a mi Slussen y que sus sensuales curvas se vean reemplazadas por rectas carreteras que sólo facilitan el tráfico de los coches. Estocolmo es una ciudad de peatones, de patinadores y ciclistas. Söder es el punto idílico, donde los neumáticos anti-nieve se prohiben y los peatones dominan el eje estratégico - también conocido como Götgatan.
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