En Tokyo no hay Belén, sino luces por toda la ciudad.
En la JR Yamanote - que para los que no lo sepáis es la línea de tren que circumbala Tokyo y que cojo cada mañana para ir desde Ebisu (恵比寿), cerca de Daikanyama (代官山) que es donde vivimos, hasta Shimbashi, al sur de Ginza, que es donde trabajo - anuncian las iluminaciones de Navidad. Lo que indica unívocamente que se trata de algo especial. Además de gratis, es una buena forma de echar la tarde, paseando pero sin pasar demasiado frío porque estas cosas siempre están a petar. Tanto en Tokyo, como en cualquier otra ciudad.
La ruta empieza en Ginza, junto al gran parque de Hibiya, en una zona de shopping upscale llamada Marunouchi (丸の内). Los árboles quedan monos, pero tampoco son demasiado impresionantes. Quizás porque se parezcan demasiado a los que pueblan Omotesando Dori, siendo esta una avenida mucho más impactante, por su longitud y anchura.
En Yūrakuchō la cosa empieza a pintar mejor (有楽町). La virgen del Pilar de CocaCola - como la llama Enrique - preside la plaza iluminada en rojo y dorado. Es curioso ver el Lumine, todavía recubierto con las fotos de Rumi Neely, que antes de ser su imagen, se había convertido hace tiempo en una de mis grandes fashionInspo. Aún así, las luces seguían sin dejarnos tan alucinando como esperábamos.
Así que hemos dado la vuelta hasta el me-to-ro (como dicen los japoneses) y nos hemos plantado en Roppongi, en un plis. Mi compañero de trabajo, que vive en Tokyo Midtown (si alguna vez vienes de viaje, recuerda esta frase y verás por qué es tan alucinante), me había recomendado pasar a ver las luces del parque que ve desde su ventana.
Ya que estábamos intentando encontrarlas, por qué no seguir el mapa que amablemente nos ofrecía una de las mil azafatas del centro comercial más lujoso de la ciudad?
Pasamos por más arbolitos y por fin…
Llegamos al evento ante el que babear. Patrocinado por Emiratos Árabes Unidos, el parque está cubierto de LEDs que se iluminan, fluyen y cambian de color en una recreación del Big Bang.
El fuego, se convierte en el renacer...
… en origen de agua y aire, que fluyen por el planeta...
Visto desde arriba, desde uno de los muchos pasos elevados que cruzan las grandes avenidas, era todavía más impresionante.
… en origen de agua y aire, que fluyen por el planeta...
… hasta generar la vida en esos continentes que conocemos hoy en día. En la imagen, con un poco de esfuerzo, podréis apreciar cómo los continentes se dibujan sobre la esfera. De hecho, daban vueltas alrededor de ella - aunque evidentemente en la foto, no se perciba.
Visto desde arriba, desde uno de los muchos pasos elevados que cruzan las grandes avenidas, era todavía más impresionante.
Hasta el paseo de las copas de cava (sé de alguien a quién le encantaría, verdad?) que también gana desde las alturas.
Como traca final, un concierto con clásicos de los que me hacen llorar en estas fechas. Esas típicas canciones que solíamos canturrear, en tu casa, esperando a que salieras de la ducha y te terminaras de arreglar :'(
Por último. Mencionar a los grandes héroes de la ciudad. Esos hombres de los que hablo siempre, que uniformados, trabajan sin descanso para organizar al personal. Que peatones y coches convivan sin hacerse mal, aunque sea a costa de estos pobres que trabajan mientras todos los demás andamos por la calle, con el único fin de disfrutar.
Mañana es el gran día. Mañana es la gran noche. Dad un abrazo a vuestras mamás. Es algo aparentemente simple, que no todos podremos hacer en un día tan especial. Intento no ponerme morriñosa pero no lo puedo evitar. Asúmelo. Soy una chica pequeña, porque a fin de cuentas, es la primera Nochebuena en la que tú, no estás.
5 comments
Qué bonito!!!!
La verdad, este tipo de cosas nos vuelven más nostálgicos y entiendo que se te haga más duro, pero al menos, puedes compartir ese sentimiento con alguien, no estás sóla ahí. Adémás, seguro que estarás en el pensamiento de muchos e internet podrá suplir en parte esa extraña sensación.
Be-a-u-ti-ful!
Hoy he hablado con mi familia, suerte la mía de pillarles en casa, justo antes de salir a comer "con los contrarios". Les echo de menos, pero como bien dices, hablar a través de internet y oírlos mejor que si estuvieran al otro lado de la ciudad es inexplicablemente reconfortante.
Así que me voy a dormir feliz, porque aunque anden lejos, los siento cerca.
Que preciosidad de Navidades ahi tambien !!!
Beso
Post a Comment