Como pudisteis ver ayer en mi instagram ayer nevó locamente en Tokyo. La nevada más grande de los últimos 50 años llegó a cubrir la ciudad con 50cm de nieve, parar trenes y crear pavor en los millones de Japoneses que no se atrevieron a salir de casa.
Tras un día de recoger los millones de cosas que andaban tiradas, en el primer fin de semana en casa desde que volvimos de Polynesia (tres escapadas a la nieve, más un cumpleaños dejan huella) me aventuré a visitar una amiga, teniendo muchísima suerte de que los trenes pasaran justo cuando llegué a la estación.
El caso es que la nieve ya está fundida. Y yo me muero de ganas de estrenar mis adquisiciones en las rebajas de mi tienda favorita, Le Ciel Bleu. Mi amiga Lara hablaba el otro día de chupas en color pastel. Mientras tanto, la mía andaba colgada en el armario, esperando ese tiempo primaveral que está al caer.
Cazadora baby blue, falda baby pink, que no pienso ponerme a la vez (por muy kawaii que sea, en este lado del mundo). Junto con una sudadera de encaje bastante polifacética, que combina igual de bien con pantalones de pinza que con jeans.
En Japón, se llevan mucho estos colores dulces, porque son lo más kawaii y en esta sociedad, una mujer tiene que ser muy cute para triunfar. Por lo que he visto en ZARA, parece que estos tonos van a pegar con fuerza este verano (al menos en el high-street) pero me pregunto acerca de lo que se ve en la calle; se queda la gente en los tonos fuertes o se decantan más por los pasteles este año?
Pura curiosidad. Feliz Domingo.
2 comments
Qué poco furor causaría yo en tu zona, con lo poco cute o girly que visto :)
La faldita rosa me encanta.. pero hay que pasar la sesión de moreneo antes.
Qué ganas de primavera ya!
No son los pasteles lo mío, pero a veces, un cambio no viene mal. El rosa con negro tiene un aire muy grease :P y con blanco se torna más primaveral.
Veremos, en qué queda todo esto al final. Porque con mi temporada de viuda, creo que del negro no voy a remontar fácilmente.
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