El sol brilla, os echo de menos.
A Pablo, aka el que regresa a España, le gusta el heavy. Como es normal, quería pasar el viernes noche tomando cañas en su garito favorito de la ciudad, El Medusa.
Enrique, a pesar de estar reventado por haber ido a correr, a pesar de tener tanto sueño o más que yo, fue con él por, simplemente, acompañarle en el capricho - por llamarlo de alguna manera. Yo, sin embargo, me quedé en casa: Estoy cansada, mañana va a hacer bueno y quiero aprovechar, si voy estaré con cara de acelga y no quiero amargar la noche...
Excusas que no impidieron que reflexionara en la mierda de persona egoísta en la que me he convertido gracias a esta solitaria ciudad. Cuando Enrique volvio a casa, andaba sonámbula por la cocina. Al venir a devolverme a la cama en la que debería yacer...
Me despertó repentinamente!! Ambos nos asustamos, pues parecía que el corazón se me salía del pecho.
Pero bueno, un ratito después, algo más calmada y con la almohada bajo mi cuello, empezamos a hablar. No tener a nadie con quien compartir las cosas que realmente te gustan, ni tener a nadie que entienda tus ilusiones ni pillar las de las demás, no reirte con los chistes, sentirte solo aunque estés rodeado de gente. Ésa es nuestra realidad.
Algo irónico en lo que pensar el 25, cuando ese hinchada paga te llega a casa y piensas, para qué? No tengo con quien salir de fiesta, no tengo con quien irme a tomar cocktails tras el shopping, no tengo con quien bailar cuando no hay clase, no... No os tengo. Supongo que soy una privilegiada, porque tengo a Enrique, que es mucho - evidentemente. Pero... Siempre los dos, just me & u. Temo que sea demasiado, para él, para mí, para lo que tenemos.
- De estas cosas te preocupas porque tienes trabajo seguro - pensará alguien.
Y probablemente sea así, al menos hasta ahora. Alguien recuerda los 1000 despidos en el área de Estocolmo? Aquellos que era probable que no tocaran a mi departamento? Ja. Ja ja.
Ayer, durante el section meeting, mi jefe anunció que, de eso nada. La cosa es mucho más retorcida y amenazante para aquellos desgraciados que, como yo, llevan poquito tiempo en la compañía.
Imaginemos que hay 200 despidos en el departamento que hacía pan de molde porque la gente se ha pasado al tunnbröd. Entonces, los de HR (recursos humanos, para el que ande perdido) se dirigen a mi departamento, encargado de diseñar los sabores de esas galletas que el mundo anda esperando y, uno por uno, van mirando los curriculum vitae preguntándose:
- Puede este panadero (que acaba de perder su trabajo) sustituir a esta otra repostera (puesto que sigue activo) que ha trabajado durante menos tiempo que él en la compañía?
Caso afirmativo, la repostera (que llevaba poquito en la empresa) se pira. Caso negativo, panadero a la calle. Así que, a final de mes lo sabremos.
Enrique, anda muy tranquilo, se siente seguro. Lógico, pues trabaja en un departamento en el que hay más gente joven, es más fácil aprender y conseguir ser necesario. Pero mi caso es bastante diferente. Cuando toda la gente con la que trabajas lleva ahí durante más de 10 años, está claro que no puedes aprender rápidamente, por mucho que lo intentes. Siempre que parece que llegas a un punto en el que te enteras de algo ocurren cosas, que te muestran que no tienes ni puta idea. Semanas preguntando con qué puedo ayudar y ellos, sin saber a qué asignarme. Horas frustrantes para hacer gilipolleces que otro terminaría en 2 min, porque no tengo ni idea de cómo se hacen ni hay documentación comprensible que me enseñe.
In a nutshell, soy tan prescindible como fácilmente reemplazable. A veces pienso que sería lo mejor. Que me pusieran en la calle, que hiciera la maleta y dejara todo esto. En invierno sufro físicamente, en verano, intento disfrutar... Pero siempre queda ese sabor agridulce que recuerda esos tiempos pasados que parecen mejores.
Negatividad ninguna, eh? Que lo que no celebramos ayer, lo celebraremos hoy. Brilla el sol, hay 0% de probabilidad de lluvia (NUNCA VISTO EN ESTA CIUDAD) y pienso aprovechar al máximo!! A medida que el tiempo pasa me doy más cuenta de que no sirve de nada planear en el futuro ya que siempre habrá un vuelco que lo cambie todo, una nueva situación en la que asentarte y un nuevo camino por el que seguir adelante.
No veo el final, pero tampoco importa. Sólo cuentan mis pies, presentes e incansables.
A Pablo, aka el que regresa a España, le gusta el heavy. Como es normal, quería pasar el viernes noche tomando cañas en su garito favorito de la ciudad, El Medusa.
Enrique, a pesar de estar reventado por haber ido a correr, a pesar de tener tanto sueño o más que yo, fue con él por, simplemente, acompañarle en el capricho - por llamarlo de alguna manera. Yo, sin embargo, me quedé en casa: Estoy cansada, mañana va a hacer bueno y quiero aprovechar, si voy estaré con cara de acelga y no quiero amargar la noche...
Excusas que no impidieron que reflexionara en la mierda de persona egoísta en la que me he convertido gracias a esta solitaria ciudad. Cuando Enrique volvio a casa, andaba sonámbula por la cocina. Al venir a devolverme a la cama en la que debería yacer...
Me despertó repentinamente!! Ambos nos asustamos, pues parecía que el corazón se me salía del pecho.
Pero bueno, un ratito después, algo más calmada y con la almohada bajo mi cuello, empezamos a hablar. No tener a nadie con quien compartir las cosas que realmente te gustan, ni tener a nadie que entienda tus ilusiones ni pillar las de las demás, no reirte con los chistes, sentirte solo aunque estés rodeado de gente. Ésa es nuestra realidad.
Algo irónico en lo que pensar el 25, cuando ese hinchada paga te llega a casa y piensas, para qué? No tengo con quien salir de fiesta, no tengo con quien irme a tomar cocktails tras el shopping, no tengo con quien bailar cuando no hay clase, no... No os tengo. Supongo que soy una privilegiada, porque tengo a Enrique, que es mucho - evidentemente. Pero... Siempre los dos, just me & u. Temo que sea demasiado, para él, para mí, para lo que tenemos.
- De estas cosas te preocupas porque tienes trabajo seguro - pensará alguien.
Y probablemente sea así, al menos hasta ahora. Alguien recuerda los 1000 despidos en el área de Estocolmo? Aquellos que era probable que no tocaran a mi departamento? Ja. Ja ja.
Ayer, durante el section meeting, mi jefe anunció que, de eso nada. La cosa es mucho más retorcida y amenazante para aquellos desgraciados que, como yo, llevan poquito tiempo en la compañía.
Imaginemos que hay 200 despidos en el departamento que hacía pan de molde porque la gente se ha pasado al tunnbröd. Entonces, los de HR (recursos humanos, para el que ande perdido) se dirigen a mi departamento, encargado de diseñar los sabores de esas galletas que el mundo anda esperando y, uno por uno, van mirando los curriculum vitae preguntándose:
- Puede este panadero (que acaba de perder su trabajo) sustituir a esta otra repostera (puesto que sigue activo) que ha trabajado durante menos tiempo que él en la compañía?
Caso afirmativo, la repostera (que llevaba poquito en la empresa) se pira. Caso negativo, panadero a la calle. Así que, a final de mes lo sabremos.
Enrique, anda muy tranquilo, se siente seguro. Lógico, pues trabaja en un departamento en el que hay más gente joven, es más fácil aprender y conseguir ser necesario. Pero mi caso es bastante diferente. Cuando toda la gente con la que trabajas lleva ahí durante más de 10 años, está claro que no puedes aprender rápidamente, por mucho que lo intentes. Siempre que parece que llegas a un punto en el que te enteras de algo ocurren cosas, que te muestran que no tienes ni puta idea. Semanas preguntando con qué puedo ayudar y ellos, sin saber a qué asignarme. Horas frustrantes para hacer gilipolleces que otro terminaría en 2 min, porque no tengo ni idea de cómo se hacen ni hay documentación comprensible que me enseñe.
In a nutshell, soy tan prescindible como fácilmente reemplazable. A veces pienso que sería lo mejor. Que me pusieran en la calle, que hiciera la maleta y dejara todo esto. En invierno sufro físicamente, en verano, intento disfrutar... Pero siempre queda ese sabor agridulce que recuerda esos tiempos pasados que parecen mejores.
Negatividad ninguna, eh? Que lo que no celebramos ayer, lo celebraremos hoy. Brilla el sol, hay 0% de probabilidad de lluvia (NUNCA VISTO EN ESTA CIUDAD) y pienso aprovechar al máximo!! A medida que el tiempo pasa me doy más cuenta de que no sirve de nada planear en el futuro ya que siempre habrá un vuelco que lo cambie todo, una nueva situación en la que asentarte y un nuevo camino por el que seguir adelante.
No veo el final, pero tampoco importa. Sólo cuentan mis pies, presentes e incansables.
2 comments
Guapa ...
Yo a estas alturas de la vida, ya sabes que soy unos añitos mayor q tu .. he llegado a la conclusion de que lo mejor es vivir el momento sin planear absolutamente nada más adelante de un mes vista ... porque la vida da TANTAS vueltas ...
En mi caso te diré que hay dias que odio levantarme, hacer la misma ruta con mi coche para llegar a la misma oficina de siempre, ver la cara de mi jefa etc etc ...
Pero mira, una cosa tan insignificante como que hemos cogido a una chica que viene 2 horitas para echarme un cable en cosas que yo, a estas alturas de la peli, ya no quiero hacer ... ya me hace feliz!
Let's be positive ... seguro que asi nos vendrán cosas buenas ...
Un besazo, disfruta del dia .. hoy el sol no ha salido en tu/mi isla ... hace frio y humedad ... pero no por eso voy a dejar de ser feliz ... sun sunshines in my head and in my heart!
Cuidate amor!
Clau, hacía mucho que no me pasaba por aquí! Me ha gustado leerte! Hoy he tenido un anoche un tanto atípica, he salido a cenar y tomar algo! Todo un logro! Jajaja!
Y siento tantas cosas como lo haces tú... que me gustaría poder quedar mañana a comer y darles un repaso.
En fin, creo que te veo pronto por tierras parisinas, no?
Muaaaaaaaa!
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