Con esas palabras me convencieron para trepar por un camino de cabras al atardecer. Menos mal que me había comprado unas Teba cuatro días atrás, pero aún así, no fue nada cómodo trepar con plantas sudorosas y dedos sangrantes sobre terrenos arenosos de vegetación punzante.
Pero bueno. Yo, que siempre me creí un poco gata, soy mejor para subir... Que para bajar.
Una puesta de sol que nunca olvidaré.
Entre excepcionales formaciones de roca, tan intrigantes como sobrecogedoras.
- Qué pequeños somos, qué grande es la naturaleza, qué triviales resultan ahora los dramas humanos, verdad?
Las estalactitas no paran de gotear. Mientras yo me pregunto de dónde cojones viene el agua, los chicos se empolvan, comienzan a trepar. En ese preciso instante, el cielo se tiñe de varias tonalidades, como anunciando la belleza que se me permite presenciar.
Voyeur, entre bambalinas de roca, los observo bailar. Confianza mutua extrema, gritos, apoyo moral, todo es mental. Creer es poder. Poder es encadenar. Una chapa más, otra foto desde atrás. Comentan la unicidad del entorno, mientras envidio en secreto su santísima trinidad: Amistad, superación, comunión natural quasi espiritual. Supongo que es algo que siente cualquiera involucrado con un elemento natural - el que navega, el que surfea, el que vuela o el que, como la abajo firmante, se pasea - aunque resaltaría el compañerismo que, en este caso, torna en hermandad.
La noche cae, el segundo termina de bailar, yo por mi parte, me empiezo a acojonar. Sin gafas, con heridas que hacen de cada paso una penitencia a pagar, cómo cojones pretendes hacerme bajar?
Se quita los calcetines empapados en sudor, me corona con un frontal. Media hora y unos cuantos resbalones en caliza más tarde, estamos todos de vuelta en Casa Manolis - aka Afroditi, nuestro hogar temporal.
- Ahora vienes del monte?
(Pregunta la pareja de italianos al verme llegar)
- Sí (contesto triunfal, calcetines mojados bajo las sandalias, mientras el LED de mi frente ilumina la oscura recepción, cual estrella polar) es que el sol calienta la roca... Y el atardecer es el momento estrella para atacar.
Sms:o a mamá, para hacerla partícipe del reto que acabo de superar. Una ducha, a cenar porque las risas entre vino tinto y Mythos son lo mejor para concluir otro día genial.
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