Me había olvidado de lo que me gusta correr por la nieve. Es de noche, pero todo a tu alrededor resplandece. El camino, el lago helado, los tejados de los kolonilott que rodean Årstaviken, todo está cubierto de esa nieve que ilumina el invierno.
Estás solo en el camino. Con tus pensamientos. Los pies se hunden en la superficie arenosa - es la mejor manera de describir la sensación para quien no lo ha experimentado nunca - pero sigues avanzando. Despacio. Pero sin descanso. En algún momento, antes de empezar a ahogarte en tu propia mucosidad, te sientes libre. Con la fortaleza del que tiene un gran poder sobre su destino. Pararte o seguir adelante, es tú decisión - y de nadie más.
Hoy es un día grande. No porque haya vuelto a la calle tras semana y media de agotamiento, sino porque mamá ha empezado a sentirse un poco más como yo. Por una vez, la burocracia funciona eficientemente y el karma, deja ver su lado más amable. Pensión, por encima de lo esperado. La libertad que nunca había tenido, en la palma de su mano. Desde este momento, es su decisión. Allí estaré para ella, pues mantenernos unidas es el único modo de seguir adelante.
1 comment
Hace dos dias que descubri la magia de correr por la nieve. Cuanta luz. Cuanta paz. Conectada conmigo misma!
Post a Comment