Polvo eres...

...y en polvo te convertirás. Dejemos que el humo nos purifique.

Los últimos días han transcurrido felizmente. Cena casera con los recién prometidos - Stina&Victor!, trabajo desde casa y una tarde en canoa por la Venecia del Norte. Tan contenta, tan enamorada, tan en paz. Con esa felicidad que viene de lo más simple y a la vez, lo más valioso: el tener a alguien con quien compartir las pequeñas fortunas de la vida. Sol, calor, relax, risas tontas de quien rema junto a los baby patitos. Sin reloj, sin rumbo, sin miedo. Nada puede pasar.

Nos creamos una ilusión de estabilidad, porque nos ayuda a seguir adelante. Sí. La vida tiene sus cosas, la casualidad, la enfermedad, las catástrofes y la fatalidad. El mundo su equilibrio, donde todo viene y va. Sin embargo, en qué parte del puzzle encajan las piezas perdidas que ponen bombas, disparan, acosan, que sólo generan odio, miedo y maldad? Por qué actúan así? Qué pretenden lograr? O es que son tan desgraciados que quieren desgraciar a los demás?

Hace poco leí acerca de la terrible situación de las mujeres en Uttar Pradesh donde las violan, apuñalan y queman vivas. Simplemente al salir de casa para algo tan humano como hacer sus necesidades. Allí todos son muy pobres. Pero en lugar de desarrollar empatía y apoyarse mutuamente, se ceban con el más débil. Poco tengo que añadir a los atentados de hoy en Oslo, donde la gente que trata de disfrutar de los dos días de calor que hay, termina palmando a manos de un desalmado. Podríamos haber sido nosotros, volviendo tan contentos a nuestra isla.

El ser humano llega a límites increíblemente bajos. Racismo, envidia, terrorismo, violencia, odio, miedo, egoísmo. Qué asco de evolución. Deberíamos aprender de nuestros orígenes, hacernos más primarios e intentar imitar a los seres que creemos menos evolucionados. Los animales luchan por sobrevivir, pero no atentan unos contra otros, sino que viven en equilibrio, creando un ecosistema simbióticamente sostenible. Quizás volver a nuestras cenizas sea la única forma de renacer en una raza mejor. Porque tal como vamos, sólo nos estamos ganando la extinción.