Durante mis cursos de entrepreneurship, solía pasarme las horas intentando entender las motivaciones del consumidor. Compramos para convertirnos en esa persona que queremos ser, para descargar stress o simplemente, creyendo que de alguna manera, resolverá nuestros problemas - consciente o inconscientemente. Cuanto mayor es la suma respecto del ingreso medio, más fascinante me resulta: Qué puede llevar a una persona a ahorrar durante meses e invertirlo todo de un golpe?
La semana pasada amortizamos parte del préstamo de nuestro piso. No hay palabras para describir lo feliz que salí de la sucursal, por sentirme más cerca de esa falacia de estabilidad que nos causa el creernos propietarios de algo. Es bastante más irónico cuando lo pones en perspectiva. En este maravilloso país donde no se te permite alquilar tu piso durante más de dos años, pues si no vives en él, te pueden obligar a venderlo. Pero en fin, así entendí parte de mi rompecabezas. Dinero = Cuestionable Seguridad = Felicidad.
De ahí, que me fascine tanto el artículo al que mi querida madre hizo referencia. En un país de mileuristas - no lo digo yo, lo dicen las noticias - la gente - mejor dicho, los padres - se deja de golpe el sueldo del año en una boda. Y qué consiguen a cambio? Algo excepcional, que sólo ocurre una vez en la vida.
Me encantaría conocer al publicista que acuño la mágica frase. Soy su mayor fan. Esas palabras que te hacen de oro, pues justifican cualquier tipo de abuso económico, que en general, tiende a atentar en contra del buen gusto. Pero todo da igual, en ese día tan especial. Fotos cuestionables, vestidos de princesa, Rolls Royce emulando a esa clase que probablemente nunca alcanzarás, una alfombra roja que te conduce a la orgía de comida, alcohol y regalos. Lo que todos esperan. Que no se puede quedar de tacaño. De todo abundante, que resulte apabullante. Pero después de rezar, eh? En esa ceremonia en la que la todos creen, pero nadie practica.
Las bodas. La mayor ironía de un país donde la presión social manda más que el Fondo Monetario Internacional. En fin, cada uno es dueño de su dinero y de sus préstamos subprime.
Lo único que me duele es que el circo desvirtúe la pureza estructural del momento. Sólo ocurre una vez en la vida - como la primera vez que vuelas long-haul. Evidentemente, no hay mayor alegría que celebrarlo junto a los que forman parte de tí, esas personas sin las que no serías nada, a las que quieres de verdad. Ellos son la magia de ese día tan especial.
Todo lo demás es secundario, mera falacia relatada por un sabio business man.
2 comments
Esa es la razón principal por la que yo no me he casado hasta la fecha. Para mí la estabilidad va más allá de un mero circo. Bien es cierto que si hay que hacerlo por razones eminentemente burocráticas, lo haré, pero la parafernalia se la dejo a otros.
A mi toda la parafernalia de bodorrio, familia, banquete, lista de bodas, bla bla bla nunca me ha llamado ...
Yo, si algún día me caso... quiero hacerlo en algún lugar super mágico o especial para mi pareja y para mi, los dos solos ... y el juez de paz, concejal o quien sea que case en ese lugar ...
Nada de falseos en la iglesia y rollos de esos ...
¿Os casais Claudia?
Un besote!
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