Orchids for the singles!
Hoy es 27 y cumplo 27. Mujer casada, empaquetando la casa para mudarme a Tokyo. Me he levantado con fiebre, reventada de cansancio y con ese sentimiento del que tiene que ir a trabajar. Pero bueno, con la semana intensa que hemos dejado atrás no tengo nada de lo que quejarme.
Además, la noche de ayer me dio lo que siempre había echado en falta en los 5 cumpleaños que llevo celebrando en esta ciudad: Soplar las velas junto a mis hermanas, como era costumbre en nuestra ciudad natal. Tartica de chocolate y ensaladicas para cenar, justo antes de sentarnos juntos en el sofá a rajar, que es lo que mejor se nos da. Porque aunque las personas evolucionen, especialmente cuando se alejan y viven cual expats, siempre queda algo de su esencia natural.
De ahí que sea tan especial juntarnos, aunque no hagamos nada fuera de lo normal. La magia es, simplemente, estar juntos y sentirnos en paz. Con esa felicidad que da el estar rodeado de quien importa de verdad, con esa alegría de tenerles cerca en el día más especial.
Mis niñas, mis hermanas y mi familia, tanto la de aquí como la de allá. Tanto la boda como el cumpleaños, me trajeron lo que más falta me hacía… Un abrazo cálido, de quien me quiere de verdad. Todos lo pasamos bien - creo yo - en una celebración humilde, pero auténtica como pocas. Donde quien acudía, había hecho un gran esfuerzo por no perderse el evento y por lo tanto, lo disfrutó de verdad.
Parecíamos un poco las naciones unidas, con mis tíos noruego-cubanos, la familia española, los amigos suecos y el mezclete políglota de esa gente que habla inglés y un par de idiomas más. El sol que trajisteis sigue brillando en la ciudad (de hecho hay una ola de calor Mediterráneo que mantiene la temperatura 10C sobre lo que sería normal) pero cuando se apague, quedará vuestra luz, brillando desde mi interior y guiándome en esta aventura que está a puntico de comenzar.
Gracias, porque este cumpleaños… No lo olvidaré jamás.
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