Santa Baby...
No sé si recordareis nuestro primer viaje a Tokyo. Cuando visitamos aquel zoo de gatitos, en los que los animales no estaban muy felices del todo. Era simplemente el principio de la historia del las comunas gatunas en Tokyo. Donde los pisos minúsculos donde se prohiben las mascotas abundan tanto como los amantes de los gatos.
Nekorobi es un auténtico café de gatitos, donde pagas entrada y te sientas en una especie de salón de casa enooorme, a relajarte con un manga, mientras ellos se pasean a tu alrededor. Una tarde muy majica en la que suecos emigrados comparten tradiciones con el japonés que mejor nos ha acogido. Supongo que no hay nada como un gatete para hacerte sentir en casa.
En definitiva, que si venís a la ciudad, coged un trenecito hasta Ikebukuro - que está a un par de paradas de Harajuku - pillad la salida ESTE y caminad un poquito hasta aquí.
No os arrepentiréis!

En Harajuku, les compramos unas crêpes a los niños, que querían merendar.
Y de ahí, nos fuimos al Cat Café.
2 comments
Miau!!
Majicos...
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