Candynspiration
Acapulco
Uno de los primeros recuerdos que tengo, es aquella falda plisada de seda. Amarilla y brillante, con un vuelo tal que en cualquier momento, mi mamá podía echar a volar. A veces la llevaba con camisa blanca. Otras, combinada con un top estampado en amarillo y morado profundo.
Mi amor por los colores se forjó hace muchos años, cuando despertar cada mañana era descubrir un nuevo tono del arco iris, de la mano que más cariño me daba. Yo siempre decía que mi favorito era el rosa, pero ella nunca se conseguía decidir. Porque no era cuestión de tono, sino de textura, estampado, tela y calidad. Como aprendí en Novedades Blancas, hay colores que no se consiguen con materiales artificiales.
Aunque no pueda disfrutar de tener modista a medida tanto como me gustaría, trato de llenar el verano con un abanico de alegría, empezando por mis dedos. Algo simple, por lo que sonreír cada día.
No comments
Post a Comment