What's my favorite color? White.
Nuestras clases de japonés son bastante simples, pero efectivas. Desde Noviembre, hemos aprendido a contar algunas cosas, a comprar, a presentarnos, a invitar, a calificar y hasta a ofrecer ayuda. Por no mencionar los números, meses, años, días de la semana, puntos cardinales, colores y todas esas piezas básicas con las que se construye un idioma. Escribimos como niños, con caracteres silábicos (hiragana y katakana). Los kanjis los practicamos por nuestra cuenta - con una App maravillosa, pero el modo "reconocimiento" no va mal.
La señorita también nos enseñó la diferencia entre konomi (preferencia) y suki (favorito). Preguntándonos qué color era nuestro favorito.
En Japonés, los colores tienen distinta forma dependiendo de que funcionen como sustantivo o adjetivo: 白 (shiro) significa blanco (N) y 白い significa blanco (ADJ). Lo cual me recordó nuestra visita a Berlín hace ya unos 3 años. Donde cenamos en un maravilloso japonés llamado 白い白. Que viene a ser un juego de palabras que no comprendí, hasta hace un par de semanas.
Otros colores, como morado 紫 (murasaki) que se limitan a ser sustantivos. Ni tan siquiera existen en forma de adjetivo. Pequeña muestra de las grandes diferencias entre el japonés y cualquier otro idioma que me hubiera cruzado hasta el momento.
El japonés conlleva una estructura mental principalmente conceptual, donde entender el contexto es lo más importante. La misma palabra (atsui) tiene diferentes significados (caliente, ancho), pues puede convertirse en diferentes kanjis. El mismo kanji, significa diferentes cosas, dependiendo de los kanjis que le acompañen. No es complicado, sino apasionante.
Porque como cualquier choque cultural, te invita a cuestionar lo que dabas por sentado y empezar a pensar en diagonal.
6 comments
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Ya lleváis allí 6 meses???? Uf, cómo pasan los días
Llevamos 8. Dímelo a mí.
...que ayer corrí 5km y casi me muero.
Uf.... Me tengo que poner al día porque os tengo abandonadísimos. Además de correr me dio también por organizar una carrera y he llevado dos meses locos.
Por cierto, te veo bastante más contenta por aquí.
Poco dura la alegría en la casa del pobre.
La vida en Japón es maravillosa, pero también muy dura en algunos aspectos. Supongo que no hay nada que reemplace a la familia, ni al balance trabajo-vida de Suecia. Pero así se aprende a valorar lo que tenías, no crees? Nunca aprecias las cosas… Hasta que las pierdes.
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