Chocolate matrioska from MOMO in Amsterdam, traditional Korean doll from Korean Culture Center in Incheon International Airport (Seoul).
Si no fuera por los cerezos que me recibieron en plena flor, estaría deprimida de mirar al Facebook. Todos mis amigos están de vacaciones, disfrutando juntos, mientras que aquí, seguimos trabajando. Por fin es Viernes. Así que os dejo un pequeño guiño a mi infancia.
Cuando era pequeña, mi abuela siempre me compraba un huevo de pascua. Chocolate bien negro, de Fantoba. Cuando mi abuela nos dejó, víctima del cáncer, como muchos otros, mi mamá cogió el relevo, para no perder la tradición. Cuando tenía 11 años, pasé la Semana Santa en el hospital. Pensaron que tenía una septicemia, creían que iba a morir, pero por alguna extraña razón… Los síntomas no se reflejaban en mi sangre. Resultó ser un parvovirus, muy extraño, que me convirtió en la atracción del hospital. Al llegar a casa, allí estaba. El huevo más grande de la historia ^_^
Soy yo, la que toma el relevo. Obsequiando a Enrique con esta matrioska Holandesa, guiño a ese maravilloso restaurante asiático en el centro de Amsterdam que visitamos hace 4 años, cuando estuvimos por allí viendo a Blanca.
Habrá quien se pregunte acerca del novio de la matrioska, no? Es la prueba fehaciente del glamour asociado con el business travel. Como si pasarte 24h de viaje fuera poco, tienes que enfrentarte a cancelaciones que te llevan a perder la escala, dejándote tirada en Incheon durante 5h. Deprimirte, fundir la VISA o alcoholizarte, los Koreanos te dan una opción alternativa en su centro de cultura, donde pasas un buen rato entrenándote en sus artes tradicionales. A mí me tocó decorar la muñeca con papel de bambú. Lo más divertido y relajante del viaje. Le puse un corazón en la espalda y una cinta en la cabeza, para darme cuenta de que poco tardaron los chinos que me rodeaban en comprar el diseño.
Estéis de vacaciones o no. Happy Easter, everyone.
No comments
Post a Comment