Tras atravesar la isla de Taketomi, llegas a un pequeño amarradero que se hunde en las aguas más claras que haya visto hasta el momento. Supongo que es la manera perfecta de acabar con el paseo por la isla, volver al hotel, con la memoria llena de muchas tonalidades de azul, superpuestas una sobre la otra.
Ir hasta el fin del mundo y volver. Porque hasta el viaje más maravilloso, tiene su final en algún momento. Volver a casa, aunque no tengas muy claro donde es, exactamente.
Cuando miro demasiado tiempo al mar, me da por reflexionar. Acerca del pasado, del futuro, de mis sueños y del precio que estoy dispuesta a pagar, por convertirlos en realidad. En algún momento leí, que los seres humanos somos terribles estimando aquello que nos causa felicidad. Por lo que terminamos apostando (arriesgando) demasiado, por cosas que al final, ni fu, ni fa.
También leí que la mayor causa de felicidad era el amor (impresionante descubrimiento) y que lo más complicado no es encontrarlo, sino hallar la manera de mantenerlo, ante discrepancias, problemas, tensiones y cansancio que todos experimentamos a lo largo de la vida.
View Ishigaki island 「石垣島」 in a larger map
Me quedo con la vida de las mariposas. Que vuelan en un mundo de color, hasta que desaparecen rápidamente. No envejecen, ni recuerdan el pasado. No crecen, ni temen el futuro. Se mueven con gracilidad, aprovechan cada flor, cada rayo de sol, hasta que mueren. Sin pensar mucho, ni sufrir innecesariamente. Quizás sean más inteligentes de lo que creemos, al fin y al cabo.
2 comments
Creo que en posiciones como la tuya, es mucho más sencillo tener una perspectiva de la vida, de las prioridades, y de lo que verdaderamente importante, que cuando te limitas a actuar por inercia.
Por eso, sabrás que no hay afirmación más cierta, que la que has nombrado, referida al amor
:)
Sigue disfrutando.
Ojalá fuera de otra manera, pero tengo los ojos emborronados de los meses que llevo lloriqueando.
No soy nadie especial. Ni sé que es importante. No soy nada más que una chica a punto de cumplir los 30, tratando de adelgazar, de hacer amigas (auténtico fracaso, so far) y de conseguir algo en su carrera profesional.
Cada día me trato de convencer, de ser positiva. Pero la cruda realidad es que tengo pánico del futuro, que odio los cambios y no me siento con fuerzas de afrontar la que se me viene encima, en 2014.
Post a Comment