Today we introduce Los Palmones (Algeciras) which is the perfect beach for kitesurfing near Tarifa, when the wind in tarifa is too strong. The name comes from four huge palm trees on the corner between the beach and the lagoon, used by many kitesurfing pros to shoot pictures of their tricks. The beach is small, compared with Valdevaqueros, but hey, gets the job done.
We also take a walk with our bengal cat, Byakko, on leash. Bengals are an active breed and benefit a lot from exercising in open nature - I tried in the square behind home and it was not at all the same, as he would get scared out of the noisy motorbikes and cars on the distance.
A kitesurfing beach in Tarifa is maybe not the quietest place on Earth, as there are kites up and down, hitting ground, pumps, compressed air leaking, every now and then. But. When the sun is about to set and everyone starts to fold the equipment, he takes over the sand and explores the breadth of Valdevaqueros beach. Sometimes he meows, but there's no echo. He can pee anywhere and feels so at ease, that after coming back home, sometimes falls asleep in his sandbox, so you can guess how much he likes it...
Kitesurfers are super kind people, they basically ignore you during daytime and come take pictures or pet him at sunset :) What can I say, there are many things that I miss from Tokyo, but definitely... I LOVE THE VIBE IN TARIFA!
Cuando el Levante sopla demasiado fuerte y no es posible hacer kitesurf en Tarifa, Los Palmones es una gran opción.
Esta playa de Algeciras es chiquita, pero da a una laguna en la que los pros hacen trucos mientras son fotografiados para sus campañas. Pasar un sábado en la playa (en Noviembre) es un lujo.
Además, sirve para que Enrique continúe dando los primeros coletazos en el agua (yo llevo un dedo del pie roto y me quedan unas semanas de reposo) y para continuar acostumbrando a Byakko a salir a pasear con la correa. Quien piense que las correas o los gatos no son para fuera de casa, se equivoca. Al menos, con un gato de bengala.
Es cierto que sacarlo a la calle es estresante, dado que hay demasiadas motos, coches, ruidos y cosas "creadas por el hombre". Sin embargo, cuando la playa queda vacía de cometas, Byakko se convierte en el rey del cotarro. Camina sin miedo y explora el entorno, que carece de ruidos fuertes o monstruos metálicos - al principio entre mis piernas, pero poco a poco, se va soltando hasta caminar tan deprisa que no consigo seguirle con mi pie cojito. Es mucha la gente que se acerca a preguntar, si es un gato doméstico o de monte, dónde pueden conseguir uno y qué carácter tiene.
Pese a su aspecto salvaje, el gato de bengala es una raza muy cariñosa y tranquila, cuando hace el ejercicio que necesita. Los días que le llevamos a la playa, vuelve completamente relajado y mimosón, chupándome la pierna en el coche. Así que es algo que os recomiendo a intentar con vuestro gatito, si empezáis con él siendo lo suficientemente pequeño es probable que se acostumbre y os acompañe en días tan maravillosos como éste.
Una playa de kite no es el lugar ideal para un gato. Hay cometas en proceso de hinchado, aire comprimido, cometas estampándose en la arena, líneas, viento. Pero a la vez, la gente que hace kite van a lo suyo y solamente se acercan a acariciarle, al caer el sol, que es justo cuando el animal está más relajado, explorando el entorno y viviendo el mejor momento del día.
Hay muchas cosas de Tokyo que echo de menos en Málaga, pero en lugar de lamentarme... Me centro en lo enamorada que estoy de la sensación que me traigo, cada vez que voy a Tarifa
Kitesurf en Noviembre
De estar un poco asustado, a convertirse en el terror de los perros que se acercan a jugar (a éste pobre casi le suelta un zarpazo en todo el morro).
Totalmente relajado, posando con el Peñón para que le vean en casa.
Un día genial (^_^)
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