Düsseldorf se ha convertido en residencia de Enrique durante los meses de verano. Hay quien dice tener envidia sana de mi vida, quizás porque en esta década estamos muy centrados en mostrar únicamente el lado vibrante (tras un buen filtro, ofc) de nuestras experiencias. No voy a negar que viajar sea lo que más llena en el mundo y que como mi madre, tengo algo de ermitaña. Puedo pasar horas (días) sin hablar con nadie, centrada en mis cosas o explorando un nuevo lugar, sin sentirme aburrida ni desolada.
Esto ayuda, pero aún así. No es fácil pasar 8 meses (de los últimos 12) sola en casa. Siempre hay malos días, problemas, que son mucho más fáciles de conllevar cuando alguien los comparte contigo. Pero bueno. Ya que no elegimos lo que nos toca vivir, tenemos un poco de margen a la hora de decidir cómo reaccionar. Así que trato de explotar el lado positivo de mi condición de "esposa de marino mercante" y en los momentos bajos, he aprendido a apoyarme en los que siguen cerca. Ésta es una nueva lección que me llevo tras este tiempo en España. Las relaciones de amistad y familia que no tenía tan cerca en el extranjero, son apoyos consistentes e importantes, a fomentar en paralelo al mundo en pareja. Depositar toda tu energía positiva (y negativa, cuando aparece) en una sola persona no es bueno a largo plazo, ya que hay mucho riesgo de que se convierta en un single point of failure (como decimos en ingeniería). Dicho esto, volvamos a Düsseldorf
Düsseldorf es una ciudad mediana pero completa, cómoda pero cosmopolita, organizada pero divertida. Situada en el corazón del Rhein-Ruhr, una colección de ciudades altamente industrializadas situadas en la ribera del Rhin. De hecho el Rhein-Ruhr es la única metrópolis en Alemania. En total tiene más de 11 millones de habitantes, distribuidos de manera policéntrica en 3 áreas principales:
- Ruhr (Dortmund, Essen, Duisburg, Bochum, Gelsenkirchen, Oberhausen)
- Düsseldorf (Düsseldorf, Neuss, Mönchengladbach, Wuppertal)
- Köln-Bonn (Cologne, Bonn, Leverkusen)
Debido al Rhin, que cruza Alemania y es navegable desde Basel hasta Holanda, esta región ha tenido una gran importancia desde la Edad Media, en la que estas ciudades eran importantes centros comerciales. Hoy en día, produce el 15% del GDP Alemán.
Düsseldorf, con sus carriles bici, sus puentes, su Altstadt (ciudad antigua), sus edificios de ladrillo - cuya arquitectura gótica de ladrillo influenció notablemente a sus vecinos del Norte dado que todos carecían de la piedra como materia prima para construir - me trajo mucha paz, quizás por los buenos recuerdos y nostalgia que siento acerca de mi vida en Estocolmo. Quizás el clima del Norte de Europa no sea tan vibrante como el del Sur, pero algunos encontramos la felicidad en una sociedad donde las cosas funcionan, las familias reciben apoyo, los impuestos se invierten en el bienestar y el equilibrio entre vida/trabajo se practica como máxima.
Como curiosidad, esta ciudad tenía ya en 1985 la comunidad más grande de Japoneses fuera de Japón en el Mundo. Esto empezó cuando las empresas Japonesas se asentaron en Alemania al terminar la Segunda Guerra Mundial y descubrieron el potencial del Rhein-Ruhr que facilitaba mucho los aspectos logísticos de la producción. Explorar el barrio Japonés es un placer, con tiendas en las que encontrar las cosas que no puedes comprar en casi ninguna tienda española y restaurantes en los que los platos más típicos (ramen, gyoza, yakitori) saben como en el lejano oriente.
Si te animas a visitar la zona, te recomendaría planear visitar varias ciudades. Son pequeñitas y las ves en un par de días sin stress. Todas ellas están conectadas por tren (Deustche Bahn) así que resulta muy sencillo (aunque no siempre barato) ir de una a otra, como hicimos nosotros para asistir a los conciertos de Rihanna y Beyoncé en días consecutivos - happy coincidence - en Köln y Frankfurt. Alquilar un coche para explorar la zona es más económico y divertido, ya que algunas carreteras alemanas no tienen límite de velocidad - te guste correr o no, es un espectáculo tener a un Ferrari acelerando a muerte en el carril contiguo.
Las calles de la ciudad antigua están plagadas de bares donde tomar una cerveza y una salchicha (o codillo)
Impresiona mucho el parecido entre diferentes ciudades que comparten estilos arquitectónicos
El puente al fondo de la imagen estaba tan plagado de gente jugando a PokemongGo - había lure spots permanentes - que terminaron por cortarlo al tráfico.
Llueve a menudo.
El shopping está al nivel de cualquier capital Europea, con todas las grandes marcas y sitios monos donde reponer energías.
Mis queridos bancos de Vienna.
Un puente que recuerda muchísimo al Västerbron i Stockholm.
Volveré algún día a esta vida?
Caminando bajo las nubes, rodeada de casitas de cuento
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