A medida que te alejas del sur de la isla, Bali se vuelve más verde, más antiguo y más encantador. La zona de Padangbai está en la costa Este, a unas 3 horas en coche del centro. Es un camino largo que ofrece escapadas perfectas, para bucear o hacer snorkel en las que merece la pena invertir el tiempo. Aunque no nos diera tiempo a visitar Gili Trawangan, creo que es un viaje muy apetecible. Sales en ferry desde Padangbai y pasas ahí una noche. Aunque esté bastante preparado para los turistas, la manera en la que los locales se refieren a esta isla indica que tiene una magia especial.
Preparando este post, descubrí un accidente ocurrido en Septiembre de 2016, en el que uno de estos barcos explotó, hiriendo a varios pasajeros y dejando un muerto. Aunque Bali sea un paraíso, común en muchas revistas de viaje, lunas de miel y blogs como este, hay que tener en mente que Indonesia, como Filipinas, es un país en vías de desarrollo, donde las cosas son baratas pero las regulaciones son más laxas. Igual que se ha hundido más de uno de los ferries que te lleva a Boracay desde el aeropuerto más cercano, han pasado cosas así. Es una lástima, pero explorar el mundo siempre conlleva un riesgo asociado y por eso, hay que sentirse agradecido cuando una escapada transcurre sin sucesos.
Dicho esto, volvamos a Padangbai, donde pasamos un día, haciendo snorkel en Blue Lagoon y explorando un templo muy especial. Blue Lagoon es una playa que me habían recomendado mis "expertos en Bali", esos expats basados en Jakarta que se acercan por la isla siempre que pueden. Hacer snorkel en esa playa es una experiencia interesante. Hay un punto en el que el fondo pasa de ser azul claro a oscuro - una línea muy definida - y los peces empiezan a aparecer. Vimos un par de triggerfish, preciosos con su millón de colores brillantes, pero tuvimos que salir por patas, al ir sin aletas con las que protegernos de ellos (son peces que se ponen violentos si nadas sobre su nido, mejor alejarse). Lo único negativo de Blue Lagoon es la corriente. Hacía mucho tiempo que no pasaba tan mal rato para salir de una playa, pero me ví nadando y nadando sin conseguir llegar a la orilla. Así que ya sabéis, snorkel sí pero con cuidado.
La regla de oro del snorkel es comenzar la vuelta a la orilla cuando todavía vayas sobrado de fuerzas, para reducir el riesgo asociado a una corriente fuerte como a la que nos tocó enfrentar aquel día... Puedes reponer energía con un zumo natural, en el único chiringuito de la playa.
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