Las body butter son uno de mis muchos placeres ocultos y bueno, tras un finde de - sólo pisar la calle en sábado noche - pasarme encerrada en casa, escribiendo assignments, he pensado que bueno, it wouldn't be bad to indulge myself a bit, huh?
Así que, el lunchbreak se ha convertido en Body Shop visit.
Junto a la manteca de cacao, me he hecho con un lipbalm, que con esto del frío - el sábado noche -4ºC que me tocó aguantar con calzas leopardunas - seguro que viene bien...
Y un aceite esencial, a ver si consigo dormir por las noches.
La cajera, muy simpática, con cantarina voz de sueca me ha terminado convenciendo, para que dejara el cacao de cacao - valga la redundancia - y me hiciera con éste, el de karité que huele casi igual, está de oferta - 2x1 oiga - y además, apoya a las mujeres maltratadas.
Curioso packaging.
El cartón, se parte por la mitad de manera que, hay uno para tí y otro, para ese amig@ especial... Lo irónico de la historia - o lo triste, más bien - es que, tras haberme pasado el día intentándolo... No tengo a nadie cerca, en mis weekdays a quien sienta, de corazón, ganas de soprender.
Y me acuerdo, de los labios ultra cuidados de Dani; de la adicción a los potingues de Nelia; del descuido - que siempre viene bien llevar uno encima - de Vero y sólo...
Sólo me quedan eso, recuerdos.
Pero bueno, en lugar de ponerse triste, es mejor machacarte en el gym, hasta que no puedes más... Para llegar a casa y ponerme a mirar los billetes del AVE que anuncian mi llegada el 19!
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