Aunque el billete de avión que acabo de comprar parezca indicar lo contrario, el Hotel Carmencita es mi lugar favorito de veraneo.
Trato familar, nevera llena, orden limpieza y falta de preocupaciones. Lo único en lo que se dejan la piel es en mimarte, en que estés tranquila, en que disfrutes de tus días. Huele a casa tanto como a traumas pasados aunque estos últimos terminen encubiertos por el olorcillo a guiso materno :P
Así, centrada en lo positivo, ando asignada 100% al Dolce Far Niente que por unos días, no viene mal. Acompañar a Enrique a su tienda favorita, hacer de mozo de almacén para la suegra o pasear bajo ese bochorno achicharrante que tanto añoro alrededor de la pequeña ciudad junto a la más grande. En efecto, nuestra Carmencita.
Filosofando acerca de lo mal que lo debía de pasar mi difunta abuela - aka La Juana - esa viuda alegre y sociata que, tras años de refugiada en Francia, regresó a repartir pan para mantener a estos tres críos en la posguerra... Cuando esa voz, resalta en medio de la humanidad. Pelo tan largo como el de La Juana, menos canoso y más suelto (sin ese moño italiano que sólo consiguió deshacer la quimioterapia), la sonrisa más grande del mundo y la mirada honesta de aquella que no pretende nada, más que lo que es.
Siempre he tenido un aprecio especial a lo bello. Personas, arquitectura, fotografía, electrónica, mobiliario, no importa qué es sino el extremo en el que consigue capturar mi ojo.
She caught it some time ago. To me, she's a down-to-earth icon, beautiful style for an even nicer mind. Without taking herself too seriously, without looking over anyone else's shoulder, she still remains flying in an upper cloud... So keep cool & stuck to your roots, coz you're perfect like that and I... I only wish to keep finding as many inspiring people as I have so far.
No comments
Post a Comment