Tengo la manía de volver la vista atrás. Nunca fui buena en Geografía, pero la Historia me parecía especialmente interesante sobretodo, si era reciente y me permitía relacionarla con observaciones de mi propia realidad.
Igual que me paso las noches intentando entender esta crisis en la que andamos enfangados, dedico ratillos a estudiar mi propia evolución que es algo muy terapéutico pues, encontrar los errores pasados nos ayuda a evitarlos en el futuro.
De conmemoraciones estoy. El sábado pasado se cumplía un año desde mi primer meeting con los managers de System en ERICSSON, ayer fue la tarde de reflexión. Reflexión sobre lo que era mi vida hace dos años, sobre ese final agridulce del ERASMUS, lleno de buenos recuerdos y amargas despedidas. Puede que mi memoria juegue malas pasadas o que bebiera demasiado por aquel entonces, pero volver la vista atrás tiende a dibujar una sonrisa melancólica en mi cara.
Los recuerdos soleados que quedaron captados parcialmente en dichas fotos me recuerdan lo feliz que era, lo que quería y disfrutaba de mis amig@s, así como traen de vuelta esa identidad, esa solidez, ese saber quién eres, dónde estás y por qué... Que hoy por hoy, se evapora cual neblina ante mis ojos.
Días que no tienen sentido. Otros, en los que paso de quejarme - que ya canso. Pero el qué hago yo aquí? alguien se daría cuenta si desapareciera de repente? Resuenan alto y claro. Intuyo que debo de ser más dependiente de lo que me creo cuando estar rodeada de independientes me hiere tanto. Aun siendo consciente de que la gente tiene su vida, sus familias, sus preocupaciones, de que la diferencia de edad es dramática y sí, es muy difícil coincidir con mis gustos, me siento tan insegura como en el instituto.
Cuando no sabes que decir, bloqueado por el terror al rechazo y, tras marcharse la única persona que ha venido a hablar contigo en toda la semana, te queda esa sensación de haberla espantado con tus gilipolleces.
La soledad (estoy asignada 100% a un documento, con lo que llego, escribo, pasan 8h y me voy) se combina con la inseguridad de no saber muy bien cómo se hacen las cosas y te convierte en este ente maníacodepresivo que todos conocemos y odiamos a partes iguales.
En fin, Roberth - anteriormente conocido como isolerad, me ha sacado al café; Eva me ha escrito para despedirse, pues se jubila mañana y tanto Martin como Lisa me han dado el online support que necesitaba con el documento. El sol brilla y nos vamos a cenar con Edgar, que nos honra de nuevo con su visita.
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