Tres años me ha costado que viniera mi hermana a verme. Tres años pensando en qué enseñarte, a dónde llevarte, de qué hablarte. Tres años esperando a cargarte de fuerzas, compartiendo brunch en Café String, justo antes de dirigirnos a patear esta ciudad que decidió adoptarme en '06.
No estoy segura de cómo lo pasasteis - que venir en Octubre siempre fue algo duro, por mucha suerte que tuviéramos con el solecito - pero certifico que para mí, calentasteis estos días mucho más que mi pequeña estufilla.
Aunque las ganas de hacer pipí nos llevaran a sitios turbios y poco recomendables como Muffin Bakery, siempre había algo que los convertía en inolvidables. Sí, vuestro constante parloteo que sacaba sonrisas de esta cara de salvapantallas que decís que se me ha quedado...
Hard choice?
Nja!! BananaChoklad!
Los dulces dieron paso al turismo típico en Drottningholm...
Y a visitas menos típicas, como el Stockholm Fashion Market.
Bar.
Club.
STHLM FashionMarket, sí. Un evento efímero en las afueras, donde un polígono industrial se llena de música, modelos en vinilo, copas baratas de vino y ropa vintage de saldo mezclada con joyas con nombre propio, como los chaneles que tuvimos en las manos... Recordais?
Imposible arruinarse, casi tanto como salir de vacío...
O aburrido!
Tiempo de salir, de descubrir el Berns, de tomar cocktails. Porque os dije que la sueca no era nada, que viniérais a la fuente de las bebidas cool.
Hard choices...
...doubts...
...final delight!
Pero en la vida, como en los cocktails, todo se acaba. Siempre queda esa última gotita, la que no consigues despegar del vaso, igual que la sonrisa que me dejasteis, que todavía no se ha despegado de mi cara. Me gustaría saber que estáis bien, que seguís con la vida sana de estos días, tomando menos efferalganes pero caminando lo mismo. Esta película es muy corta como para no exprimirla y los rayos de sol que os abundan, otros los añoramos. Así que recordadlo y hasta la próxima.
Ya sabéis lo mucho que os adoro...
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