Silencio

Me intriga la pinta que tengo desde fuera.

Todos tenemos una imagen de nosotros mismos cuando, irónicamente, nunca hemos tenido el placer de tratarnos o vernos con un poco de perspectiva. Esto de la personalidad es parecido a la voz, suena muy distinta cuando es grabada, en lugar de pronunciada. Siempre me ví como una persona abierta, social, habladora a la que le gustó contar historias aunque, casi prefieriera escucharlas y así aprender de vivencias ajenas.

Lo que contrasta con mi realidad. Con esas ocho horas "a solas con mi ordenador", con la comunicación limitada a emails, con el pasar días enteros sin pronunciar palabra hasta que da la hora de salir y llama mamá. Si no hago nada por cambiarlo, será por que me gusta. Tamién es mi culpa. Evito salir con compaöeros para no aguarles los descansos (obligándoles a usar inglés), para no cansarme mentalmente (sueco = esfuerzo) y me consuelo repitiéndome que "no tengo nada interesante que contar y prefiero evitar el trabajo como tema en mis ratillos de desconexión", me escapo al gym "porque es cuestión de correr, no de hablar" y, como las malas películas, las socializaciones insípidas me dan muucha pereza.

Sola - si anda ocupado y no puede hablar, mientras preparo la cena.
Mal - no debería cargar mis angustias en los hombros de nadie.
Confusa - por tanto sentimientos confrontado.

Aunque a veces me dé que pensar, me siento libre y fuerte en mi adquirida soledad. Capaz de cualquier cosa, sin problemas en ir a donde sea, sin palo de sentarme sola allá donde voy. Quizás solo reviva el sueöo de mamá, haciendo todo lo que ella dejó atrás por culpa de ese alma limitanteposesivodependeiente. Quizás sólo luche contra esa hermana sensible que despegó allá por '06. Quizás ocurra como con el amor y esto no sea más que una triste desamistad: por mucho que haya llovido desde que dejé atrás a los que quería, sigo sin encontrar a ésa persona que, sin reemplazarlos, los equivalga.

Siendo muy positiva, podríamos darla por localizada aunque entre en sus planes desaparecer durante otros seis meses - at least. Aun así, aun contando con ella, cayeron un par de lágrimas en la oscuridad. Deprimida por no tener nada interesante qué decir, por no saber de qué hablar con aquellos que me rodean y en definitiva, asustada por la conversación que ofrecerle con nuestro último té i stan a la primera persona que, de verdad, me entiende en este país.

- Y quién tiene algo que decir?

Las verdades de quien duerme a tu lado suelen salvarte del pozo. Será que simplemente, me faltan horas de sueöo.

Nunca sabré cómo me ven los demás, tampoco le daré tantas vueltas. Al final, independientemente de lo que digan, sólo queda la conciencia. Decisiones y consecuencias. Motivos precedentes que, frecuentemente permanecen escondidos aunque sean lo único que confiera paz when closing eyes at night.