So lucky of having gotten the chance to see it... Before the eternal smile collapsed, leaving space to just tears.
Hace días que Kanja no viene a trabajar. Me preocupa que haya regresado a su Thonburi natal o, peor aún, que el mogollón le haya pillado on site. Tengo miedo, de que algo malo le haya ocurrido, a ella o a alguno de sus múltiples hermanos, esos que no pudieron estudiar, para darle la oportunidad de terminar una carrera a la más pequeña. Irónicamente, le sirvió para salir del país de las sonrisas y terminar en el mundo de hielo, con conocimientos de economista y una mopa entre las manos. Pero feliz. Enamorada de su novio sueco. Contenta con su vida aquí. Encantadora como nadie, siempre te saludaba sonriente, compartía sus historias y te consolaba al escuchar acerca de tus robos nocturnos... Esos que ella había sufrido tantas veces, comunes en la gran urbe.
Supongo que en España no se vive el conflicto tan de cerca. No como aquí. Donde ves en el periódico la calle en la que estabas alojado hace un par de meses, la calle que recorrías día a día, con tus fresas en la mano, sonriente, sopesando el trasladarte temporalmente a disfrutar de la cultura, el clima y los precios baratos, la calle que andaba cuajada de hoteles, esa calle que, ahora, está ocupada por los camisas rojas ardiendo en llamas y protestas... Se te pone la carne de gallina.
La "A" del mapa señala donde estaba nuestro hotel.
El recuadro, marca la zona conflictiva, la zona que la gente abandona, donde los tiros vuelan y la sangre se vierte. La cámara que me robaron contenía mil fotos nuestras en la exhuberancia de Lumphini. Sus cocodrilos, sus jardines soleados, sus puertas metálicas. Justo donde dispararon al general de los protestantes, posábamos sonrientes dos meses atrás, bajo el sol veraniego de Febrero. Nunca pensé que un conflicto tan lejano pudiera llegarme tan hondo. No. Evidentemente no afecta en nada a mi día a día, ni a mi trabajo, ni a mi salud, ni a mis familiares. Pero duele. Ver cómo el país más bello que has visitado jamás, aquel donde te sentías en casa, donde todo era un cuento de hadas, se sume en la inestabilidad. Ver cómo los Thais pierden la sonrisa al verse obligados a abandonar sus hogares, desconociendo cuándo podrán volver, sin la menor idea de cuándo el conflicto tocará fin, de cuándo la sonrisa volverá a sus caras.
Hagamos un wai y oremos porque la pesadilla termine pronto.
3 comments
Ojalá tu amiga de señales de vida pronto!!
Nena, en España igual ... en todos los informativos y periodicos tambien se habla del tema ...
Besitos
Justo hoy me la he cruzado. Su familia anda bien, viven en Thonburi a las afueras de Bangkok. Sin embargo, su hermano trabaja para el ejército y tiene que intervenir en los conflictos.
Mantuvimos esta conversación la mañana de ayer, dos horas antes de que los soldados irrumpieran en la zona tomada por los camisas rojas... No la he vuelto a ver hoy. Sólo espero que su hermano esté bien, que las cosas se calmen pronto y que esto, no sea el comienzo de una serie de revueltas deslocalizadas a lo largo y ancho del país.
Una pena... Tener que alejarlo de mi mente durante un tiempo. Fui y me enamoré. Juré que volvería. Ahora, parece imposible en un futuro cercano.
Ayy que bien que la viste!
Bueno, seguro que su familia estara bien...
Mira que a mi no me llaman nada esos paises, no se ... nunca he ido, mis amigos han ido casi todos de vacaciones... mi amiga rocio se ha pasado dos años trabajando en Bangkok en unas oficinas españolas ... pero yo ... ni he ido a verla, no se ... no me atrae.
Un besito reina ...
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