...in the bottom of your heart.
- De qué sirve seguir adelante con esto, al menos tres meses más?
Quizás me libere de mi mayor problema: La compulsividad con la que pago cualquier situación de ansiedad. Afortunadamente, no llego al extremo de encarar al WC y vomitar, pero cualquiera que haya convivido conmigo, sabe que tiendo a pagarlo todo ingiriendo ávidamente. No, no es algo agradable de lo que hablar. Sin embargo, supongo que ni soy la única, ni aparentemente, la responsable de semejante calamidad.
El Karolinska Institutet publicó recientemente un estudio, cuyos resultados parecen indicar una gran reciprocidad entre los bajos niveles de estrógeno/estradiol típicos de la amenorrea galopante, con otros trastornos nerviosos, como el anteriormente citado (link al artículo original, link al artículo traducido en español). Sólo espero que si alguien lee esto, le sirva. Que si alguien padece en carne propia o conoce a alguien con una tendencia similar, se lo haga mirar.
Todos las conocemos. Hay personas excelentes a la hora de ocultar su malestar, sonríen cuando tienen ganas de llorar, trabajan cuando probablemente, lo mejor habría sido dormir un par de horas más. Pasan desapercibidas, mientras la mayoría, las percibe como seres fuertes, eficientes, obsesivamente ambiciosos. No son siempre conscientes de ello. A menudo, se vienen abajo. Pero están acostumbrados a sus múltiples altibajos. A quién le importa si al final, de una manera u otra, terminan por conseguir lo que se proponen. Su éxito, irónicamente, les ayuda a seguir adelante, aunque sea encadenados a una bola enorme de metal.
Antes o después, tocan fondo. Pueden ocurrir en soledad, en cuyo caso, lo más probable es que reflexionen un poco, para terminar volviendo a su senda tradicional. Con suerte, habrá alguien cerca, con los cojones y el amor necesario, que trate de abrirles los ojos a la realidad. De hacerles reaccionar. Lo que ocurra después dependerá de lo fuertes que sean, de lo que consigan aguantar.
Pero para ello, hace falta una buena razón por la que luchar. Algo que de verdad, ansíes lograr.
No sé. Puede que no sepa lo que quiera, pero tengo muy claro que no quiero acabar como mi padre. Una persona que, se ha pasado la vida buscando el amor, siendo un infeliz y haciendo desgraciados a todos los que le han rodeado. Una persona que, de haber reaccionado a tiempo y emprendido un tratamiento, podría haber vivido de una manera muy distinta, haber creado muchas menos amarguras en cualquiera que ocupara su radio de acción.
No existe la maldad, pero hay coincidencias desafortunadas, de las que a nadie se puede culpar. No elegimos nuestra circunstancia, pero sí cómo la decidimos afrontar.
Todavía creo en el karma. No he actuado con maldad, luego todo este sufrimiento conducirá a algo bueno. Es cuestión de aguantar, con esperanza y - como me decía Blanca - algo más de positividad.
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