
No se cumplen 30 todos los días. Por eso en Suecia, se celebra a lo grande. No sé realmente por qué, el caso es que hay cumpleaños que parecen más importantes que otros. Y el trigésimo, es de lo más grande.
Casa a reventar, rincón Spanska y una salida fallida, como en los viejos tiempos. Guarda de seguridad que te "da la bienvenida a que vuelvas otro día, pues hoy no te dejo pasar" así que te largas con viento fresco, tus 200:- de lo que habría costado la entrada SIN consumición en el bolsillo y una fingida dignidad. De todas formas, tampoco habría sido tan genial entrar.
Lo genial es seguir juntos, poder hablar, calentar el invierno a base de tonterías y no dejarnos achantar. Porque a todo se acostumbra uno, a todo, menos a la soledad.
PS: Evidentemente, hay quien iba muy contenta… Por estrenar.
PS2: Dedicada
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