El mercado de pescado más antiguo de Tokyo fue creado por Tokugawa Ieyasu durante el período Edo para proveer de comida al castillo Edo (hoy Tokio). Tokugawa Ieyasu invitó a que los pescadores de Tsukudajima, Osaka fueran a Edo y proveyeran de pescado al castillo. Asi es como el poder termino desplazandose de Kyoto a Tokio.
Aquí, es donde los atunes se subastan a las 3AM y los turistas admiran el negocio en su esplendor. Venta de mayoristas a intermediarios, empaquetado y distribución. Una cadena incesante que lleva a los platos de este país una exquisitez inexistente al otro lado del globo. Me recuerda bastante al Noryangjin en Seoul.
El tsunami desató una radioactiva polémica que terminó cerrando la subasta del atún a los turistas. Aún así, es posible percibir el ajetreo en torno a la hora de comer. Los toros acarrean todavía cajas, rellenan trailers y te guían hasta el sushi más fresco, que nunca ha sido congelado. Mi favorito, el anago - que es el unagi de agua salada, o al revés... Nunca me aclaro!
Entrada al mercado - zona visitable.
Los montacargas.
Mi shirazi y yo. Atención a la tortilla 'firmada'! Lo que daría por leer japonés.
Enrique totalmente integrado - total look by Uniqlo - llevando su camiseta chanante, con el icono de una marca de snacks famosa (no teníamos ni idea, pero tooodo el mundo se petaba al verla)
Unagi. Anago. Se deshacía.
Robot rellena-cervezas. Dejaban las jarras y al rato, listas! Con espumita y todo. Ya podían exportar unas cuantas a Estocolmo, para combatir el pis a 8€ con el que castigan a los no-suecos.
Local gheisha, a la salida.
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