Ayer salimos a pasear, bajo la lluvia. Al principio caía poquito, pero empezó a arreciar hasta conseguir que Enrique abandonara a mitad y se fuera a casa. Así que seguí, corriendo por primera vez en muchos meses. Pasaron unos 10' y la cosa se puso impracticable, así que intenté volver desde la punta Este de Söder a casa, por el camino más rápido posible.
Allí, en la esquina de Åsögatan con Nytorgsgatan estaban los pobres chavales, poniendo las rebajas. 7:00 AM del Lunes, sonaba el pistoletazo de salida. 7:30 AM aparecía yo por la puerta, a la caza de "la falda de cuero" de la que me había enamorado hace tiempo y con la que pretendo construir el fondo de armario, básico a básico. Colas en el probador, colas para pagar, yo probándome faldas en medio de la tienda. Así que al final, gracias a los aplausos de los dependientes, animándome a despilfarrar me he ido con la moral subida y unos cuantos € de menos.
Qué mejor sensación para llegar con fuerza a las muestras de sangre? Es lo que tiene, cuando tu médico cae tan cerca de Acne. Vas a un control rudimentario y vuelves con un look ejecutivo agresivo que te va a hacer falta la semana que viene.
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