El haber sido capital de Japón y cuarta ciudad del mundo, aunque fuera en el 1200, deja huella. Impresionantes templos dispersados en una frondosa vegetación, de colores, plantas y animales desconocidos para nosotros. Perfecta manera de emplear un Domingo inusitadamente cálido (20C soleados) y recargar fuerzas para la semana.
Aquí viene, el gran paseo desde Kita Kamakura hasta Kamakura, donde esperaba el nada pequeño Budda.
Entrada al primer templo
El Feng Shui indica que el agua debe colocarse a la entrada al templo.
Cementerio.
Tablillas en las que la gente describe sus deseos
Magic light. La foto, tal y como la capturó el maestro.
Cuando yo cargo la cam, él me lleva la chaqueta :P
Welcome to the jungle.
Temple.
… happy. Under the sun.
Mientras todos estabáis votando, había dos personas en el vacío legal del expatriado que todavía no ha tenido tiempo de registrarse en la embajada, que se quedaron sin votar. En lugar de hacer mala sangre, por mi primo el pepero y mi padre el sociata, nos empapamos en sol, naturaleza, shintoismo y Buddas comestibles, que son algo menos amargo que la cruda realidad.
En mi opinión, no hay gobierno que arregle esta crisis, pues reside en un nivel superior. Como curra un cáncer con aspirinas. Es evidente que de nada servirá. La unión Europea, la economía global, los mercados, el bienestar Occiental tal y como lo conocemos. Se va a pique. Esto es una crisis sistémica, que marca el final de un ciclo y señala un cambio de poder. Se muda al este. En la nueva era será Asia quien gobernará. Toca empezar con el ramen y pensar que 15h al día, no son demasiadas. Porque está visto que es la única manera de sostener una sociedad de tantos millones, en la que la mayoría obtiene ese mínimo razonable con el que sobrevivir - aunque esté claro, que hay muchos con demasiado y demasiados que necesitan algo más.
2 comments
que bien dicho
totalmente de acuerdo con tus observaciones
es una nueva era
y parece que estas en el lugar adecuado, enjoy!
Mientras dure, aprovecharé… Además de hacer lo que esté en mi mano, para que no termine.
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