Barcas en Borghese.
Tuna for lunch, small restaurant amid the nature in Villa Borghese.
Monolitos en Villa Borghese
Plaza de España
Escaleras de España
Hace una semana, volaba desde ese mágico paraje donde las grandezas de todas las épocas conviven en una ciudad que late con pasión, bajo el sol de ese verano, que hace apreciar esas noches al fresco y lte enseña el significado real de Dolce Vita.
Cuando tenía 14 años, fui de viaje de estudios por Italia. Acababa de pasar la varicela y estaba extremadamente débil. Encima hicimosuna ruta al modo nipón, con lo que visitamos Florencia, Venecia, Niza, Roma y algo más que no recuerdo en una semana agotadora de bus. Así que mis recuerdos de la urbe se limitaban al tráfico en torno al Vittorinno y el capuccino con un romántico corazón. Supongo que esta visita, corta pero intensa, me ha dejado la revancha. En la que vivir el sueño de la mano que más me quiere, esa que por desgracia, no tengo la oportunidad de estrechar demasiado a menudo... Pero que me llena de paz y alegría, cuando anda cerca.
Cinco días quedan, para emprender mi nuevo viaje a Europa. Hasta el momento, os dejo un guiño de amor al verano seco, bañado por un sol abrasador (que desgraciadamente, no abunda en Japón).
2 comments
Muchas gracias por este post. Tienes potencial y eres genial! <3
Gracias! Pero es la gente como tú la que de verdad pone la magia en cuatro fotos mal comentadas :P
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