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18.12.13

Uno puede irse...



...pero puede volver?

Querida Chus,

Nadie puede ni pretende, negar de donde viene.
Aunque te cambien el pasaporte, lo llevas en la sangre.

Es innegable que los años fuera moldean a la persona. Porque mudarte consiste en aprender a vivir solo. Alejado de todo aquello que conoces, todo lo que una vez era el principio y el final de tu mundo. En adaptarte a la cultura local o morir desesperado. En conformar con las normas sociales o ser completamente disfuncional. En hacerte más independiente, más solitario, pero también más libre. Porque en el fondo, en hacerse, está la riqueza y la desgracia del expatriado. Que llega a un punto en el que ya no sabe quién es ni lo que es. Que siente tanta incertidumbre ante la posibilidad de volver, como a la de quedarse. Porque ya no sabe donde encaja, ni si será capaz de aceptar los gritos, los cotilleos, el desorden, la inseguridad. Por mucho que tenga a sus allegados, algo más cerca. Es muy difícil sopesar dónde te sientes mejor, sin haberlo intentado.

Porque una vez que te vas, sólo tienes lo que ves frente a tí. Es complicado imaginar una realidad mejor, de vuelta en España. Es complicado entender dónde vas a encontrar un sitio entre tanta desgracia. Especialmente cuando desde pequeña, aprendiste a valorar las cosas por el esfuerzo que cuestan.

Mi padre se quedó en el paro, cuando mi madre por fin, se quedó embarazada. Trabajó duro, rehizo su vida. Me dio oportunidades de educarme, de viajar y crecer sin que me faltara de nada. Me enseñó a aprovechar las oportunidades al máximo, a luchar, a valorar lo que tienes y no dar nada por sentado. Que cualquier día se esfuma y se te queda cara de panoli, mientras nadie viene a salvarte. 

Más vale pájaro en mano, que pollo en fotografía, querida Chus. Por eso hay tantos, que se tratan de hacer algo que evidentemente no son (ni serán jamás). En busca de una vida digna, de una oportunidad que quizás cerca de casa nunca tendrán. En tratar de hacerte querida Chus, terminas por conocerte a tí mismo. Por valorar los lados positivos de tu cultura, por entender las cosas que se pueden y deben mejorar. No hay sociedad perfecta, ni país de arco-iris como nos pintan en la prensa (o en Españoles por el mundo). Todas las situaciones pueden ser una espada de doble filo. Sólo es cuestión de encontrar aquella en la que podamos vivir con tranquilidad.
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5 comments

Anonymous said...

Deje mi pueblo y la casa de mis padres con 16 y nunca he vuelto más que de visita, de eso hace ya veintimuchos. Y eche de menos muchas cosas, muchas veces, pero nunca me arrepentí de haberme marchado. Estuve en varios sitios, estudiando, luego trabajando ...entiendo perfectamente de lo que hablas, y ahora que vivo en España, no tengo para nada un mal recuerdo de todos esos años, es más, llegado el momento intentare que mis hijos vivan una experiencia similar. Yo elegí volver porque mi marido quería volver y no me pareció mala idea pero a veces, cuando te leo, me planteo que habría sido de nosotros si nos hubiéramos decidido por Texas ( era la otra opción). Afortunadamente, aquí nos va bien, pero noto en ocasiones esa sensación de "no encajar"...., quizá la misma que sentía cuando era expat, pero estando aquí, se me hace muy raro....
Besos
C

Clau said...

Querida C,

Quizás no sea la única tomando decisiones basadas en "lo que mi marido quiere hacer". La vida trabajando en Japón puede ser muy agotadora (como es el caso de Enrique) o simplemente excitantemente maravillosa (como es el mío). Llegados a un punto extremo, en que uno siente haber tocado fondo mientras que el otro está viviendo sus sueños convertidos en realidad, es complicado elegir. Por que no hay término medio. Alguien gana tranquilidad, alguien pierde su oportunidad. Probablemente te viste envuelta en una situación similar.

Me alegra leer que puede haber vida "al volver" porque en este momento, me siento bastante desvalida, de pensar en todo lo que se quedaría atrás. Tengo la certeza de que probablemente, nunca vuelva a encajar. Pero qué opción me queda?

Tragarme las lágrimas y seguir adelante. Olvidarme de todo lo que pudo ser y no fue. Tratar de recrear el ambiente de superación y éxito en mi nueva realidad.

Anonymous said...

Bonita reflexión. Mi casa está dónde esté mi madre, hoy y siempre, aunque el destino me lleve a la otra punta.
Besos desde Asturias.
Ma.

Anonymous said...

Siempre queda "la opción": apretar el culo y tirar p'alante....que te voy a contar a ti ; )
Besos
C

Clau said...

... yo me sigo preguntando cómo hago para que mi vida sea siempre tan dramática.

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