Byakko ya está más que instalado en casa y la verdad, no podríamos estar más ilusionados. Se levanta de la siesta cuando volvemos de trabajar y siempre tiene ganas de jugar con la ratita (a lo Iker Casillas) un buen rato. Nuestra cena le abre el apetito y cuando llega el momento de tumbarnos en el sofa, corre para empezar la noche entre las piernas calentitas de esos gatos grandes que le dan de comer, le limpian la arena y a veces, le dicen un NO! muy fuerte, para que aprenda lo que está mal.
Pero no todo ha sido tan fácil. Meter un gatito (de 3 meses) en casa, requiere paciencia porque necesitan su tiempo para adaptarse a un nuevo hogar, firmeza - para no ceder a cada lloriqueo inicial y tiempo - para prepararle sus rincones y jugar a diario, pues es una raza muy activa.
Enrique lo trajo en el AVE, donde venía metido en el transportín desde Atocha. La situación era bastante cómica, o le acariciaba la cabeza, o el bicho no dejaba de maullar. Tanto escándalo montaba, que terminamos viniendo en coche, para evitarle más trauma al animal.
Le costó salir a explorar. Pero lo dejamos a su aire (que con los gatitos, lo mejor es no atosigar).
No comía ni bebía mucho, le costaba ir al arenero o ponerse a jugar. Pero con paciencia y ratitos flamencas made in Japan, todo se vence.
La primera mañana, apareció temblando, en la esquina más remota, tras el sofá. Al vernos, creo que entendió que no pasaba nada, que todo seguía igual aunque la casa le oliera un poco raro. Venir de trabajar, pasar un buen rato jugando. Poco a poco, se empezaba a relajar.
Sus juguetes tienen tomado el salón-cocina de nuestro piso temporal. Pero bueno, constatando que él pasa más tiempo aquí que nosotros, es de lógica que le corresponda más espacio.
El Viernes. Por fin más tranquilo, hecho a nosotros y a su nuevo hogar. Hasta se dejaba tocar.
El árbol es su sitio favorito. Puede rascar todo lo que quiera, trepar y jugar. Cuando un gatito rasca los muebles, le gritas NO!, lo llevas al árbol y le frotas la patita en la cuerda, para que vea donde PUEDE rascar. Aprenden a la primera.
Esta semana, tocan vacunas y una mudanza a la residencia permanente... Veremos qué tal se nos da!!!
2 comments
Que bonito es!
Es una pasada lo rápido que crece!! 500gr a la semana!!! Hay que hacerle muchas fotos mientras le dure la infancia jejeje
Post a Comment