Nuestra serie Bodas del Mundo continúa con un evento muy especial. Enlace expat en toda regla, de Sueca que habla español casi-nativo y Valenciano, afincado en Estocolmo. Espero que os guste esta historia, que anda bastante alejada de lo convencional. Quizás eso sea lo que más me fascine de las bodas en Suecia, el que no resulten nada prefabricadas. Cada evento representa a la pareja, más que a las tradiciones o a la presión social.
Conocí a Miranda en 2009, cuando visité a Christina en New York. Ellas compartían apartamento, habitación y muchas historias divertidas que sólo pasan en la Gran Manzana. Miranda es una persona muy positiva, con energía para hacer muchas cosas y un optimismo acerca del tiempo que supera al mío propio. Ella canta, baila, habla Español mejor que yo. Está involucrada en causas sociales y pasó un tiempo en las Naciones Unidas (NY) - algo que me dió la oportunidad de visitarlas durante aquella semana. Miranda, conoció a Txema en Valencia, cuando estaba de ERASMUS. Se enamoraron y al tiempo, él terminó cambiando el agua de valencia por un abrigo de Helly Hansen. Amigo de sus amigos, con un gran corazón, es una persona con la que te encariñes a las pocas veces de coincidir.
Decidieron casarse en Ekotemplet que solía ser una sala de cenas del rey Gustav III, allá por 1790. Normal que le gustara cenar al fresco, contemplando Haga Parken, que es un maravilloso jardín inglés donde los suecos pasan los fines de semana y junto al cual reside la princesa Victoria de Suecia.
Nos avisaron de traer zapato plano, porque la caminata hasta el templo se las traía, así como las sorpresas que vendrían después de la ceremonia, en la que Miranda cantó a Txema consiguiendo que la mayoría, rompiéramos a llorar.
Look at Stina, little Spielberg :)
Aquí ya sonrientes, tras el sofocón.
Stina lleva un vestido que compró con Miranda, yo repito modelito de Pablo de La Torre.
El acceso a Ekotemplet era más bien challenging, pero por algo la boda se supone que tenía de tema el circo de los años 30.
Una vez todo el grupo estaba en la hierba, nos obligaron a dejar cámaras, bolsos y tacones, para ejecutar el baile tradicional de boda en la familia Edner. 150 personas dando vueltas de las manos no se ven todos los días (dura 20' pero podéis saltar trozos, para observar como evoluciona la historia).
De aquí, nos metieron en buses que nos llevarían a Djurgården. Esa isla-jardín donde solía cazar el Rey, que para nosotros es muy especial ya que allí está la Embajada Española, en la que nos casamos.
La celebración tuvo lugar en Junibacken, que es una especie de parque de atracciones para niños, basado en los cuentos de Astrid Lindgren, a la que la mayoría conocemos por Pippi Långstrump (largos calcetines, literalmente) pese a que escribiera unos cuantos libros más.
Copa de champagne en mano, atravesamos los mundos de fábula, con aviones de juguete, pueblos en miniatura y hasta el Pequeño Tío.
El cocktail continúa en la terraza del museo, con esas geniales vistas de estar flotando sobre el agua.
Justo antes de sentarnos a cenar, robamos un momento a la radiante estrella del día!
El comedor estaba decorado como las casetas de los artistas de circo de los años 30. Todo muy colorido y cargado de sorpresas. Las bodas Suecas incluyen varias tradiciones, que descubrimos en la Boda de Stina. Siendo la más chocante para los extranjeros la cantidad de discursos de amigos y familiares, que hacen que la ceremonia se alargue bastante. La comida es exquisita, pero sin llegar a las exageraciones que se ven por aquí (gracias a Dios).
Tras la cena, nos hicieron salir al jardín trasero, donde el tío de Txema (he mencionado que era de Valencia?) había preparado una gran sorpresa en forma explosiva.
Fuegos Artficiales!!! Mascletá!!! Que vivan los novios!!
Tras las explosiones, el momento cumbre de tarta y waltz. Lo mío nunca fue la nata (tengo recuerdos de dolor de tripa asociados a los cumpleaños de mi infancia) con lo que los cupcakes y especialmente, los cake-pops de limón y chocolate, me salvaron totalmente.
No podría estar más emocionada ante esta tendencia nupcial de cake-pop. Son perfectos para tomar de pié, sin empapuzarte ni mancharte demasiado
No podía faltar en nuestro resumen, the cutest baby on Earth. Serían más de las 12 y ahí estaba, aguantando y de buen humor. Kudos for him.
Pobre Txema, qué difícil es marcarte un vals con una bailarina semi-profesional. Aunque ella estudiara ingeniería en KTH (igual que Stina y que yo), tiene un lado artista (igual que Stina y que yo) que sigue cultivando todo lo posible, con entrenamientos intensivos, funciones aquí y allá. Nadie sabe cómo es posible, pero saca tiempo para todo.
Su grupo de baile hizo una actuación especial, seguida de una improvisación de breakdance a cargo de los amigos de Txema, que resultaron ser glorias de las acrobacias (bastante alucinante que de repente, se pongan 5 invitados con su traje - incluyendo al novio - a hacer molinos y giros de cabeza).
El rato de limbo, terminó dejando a más de uno por los suelos.
A las 3AM, como marcan las leyes suecas, se cerró el garito y llegó el momento de marchar a casa. En el que todos recibimos una bofetada de realidad en torno a las bodas bucólicas al Este de la ciudad. Empezó a llover a cántaros. La compañía de taxis se negaba a mandar vehículos. Así que terminamos caminando, hasta Stureplan, donde por fin conseguimos montarnos en algo para llegar a casa rozando las 5... Pero con una gran sonrisa, tras haber pasado un día de cuento, entre amigos de verdad.
Aunque ahora estemos más lejos, lucharemos por encontrar momentos en los que volvernos a juntar.
2 comments
Eeeeehhh, lo de " cambio la pomada por un abrigo de HH" lo dices por que es farmacéutico?
Porque la "pomada" es típico de Menorca, lo de Valencia son las paellas ; )
Besos C
Me confundí con el Agua de Valencia. Es lo que tiene, haber estado una vez y hace años, que a veces te lías.
Luego lo corrijo, par evitar confusión.
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