Mi mamá siempre quiso descubrir San Sebastián un finde con la abuela Juana - que conocía la ciudad como la palma de su mano. Mi papá nunca las dejó ir. Terminó siendo demasiado tarde, Juanita se fue dejando el círculo abierto, su corazón roto y su sueño... Incumplido.
La familia de mi mamá era roja, muy roja. Así que, cuando las cosas se pusieron negras, muy negras, se refugiaron en Francia. Mi abuelita, nacida en París, hablaba francés y mi mamá, creció con historias de sombras que no lo eran tanto, en la ciudad de la luz y el amor.
Años después, mi mamá me llevó a Eurodisney. Yo era demasiado pequeña para entender lo que la ciudad significaba. Así que, pataleé y conseguí arruinar el único día en el que la pobre paseó por su mítica Paris - porque volver al parque era algo mucho más importante... Los años pasan y una, que asume sus errores, decide resolverlos y no dejar que la historia se repita, aunque ella nunca me lo reprochara, sé lo hice y me arrepiento. Mucho.
- Cuando sea mayor, encontraré un trabajo. Cuando tenga un sueldo, ahoraré. Cuando sea suficiente... Llevaré a mi mamá a París, porque la misma cabezonería que le robó la oportunidad, se lo devolverá.
- Hija mía, no entiendes que hay cosas que no son posibles.
- No mamá, todo es posible, sólo hay que proponérselo.
Cuando Oscar me dijo que podía largarme en Mayo, lo vi claro.
No sé si me despedirán en los layoffs que todavía tienen que anunciar; no sé si el año que viene seguiré aquí, si habrá tiempo, dinero o salud como para hacer la maleta; no sé qué será de mí, pero sé dónde estoy y soy consciente de que las oportunidades, no se repiten a menudo. A vivir, a disfrutar del momento, he aprendido de mi pequeño tanto como de los errores pasados - no ir a Noruega por terminar el PFC, no pisar Kiruna por acabar antes, no sonreir porque mi vida no es como yo creo que sería mejor... - así que es el momento de empezar con las clases prácticas.
Vamos el 15,volvemos el 19. Me chupo una larga escala en Copenhague. Aterrizo en De Gaulle y ella en Orly mil horas antes. A quién le importa? Nada puede ir mal si estamos juntas, nadie nos hará sombra en la ciudad de la luz. Con lo caros que son los vuelos y lo apretado de mi bolsillo, el hotel iba a salir malparado:
- Quiero invitarte, que duermas en Montmartre, pero en conocer mis limitaciones propias soy buena... Por mucho que sueñe, mi realidad no da para más.
-Ay hija, para una vez que salgo... Puedo poner algo, no?
Y así, mi mamá, la que solía asustarse por soñar, dio el mazazo que puso en nuestro destino Le Chat Noir. El gato en rojo y negro, dejando sonrisas en cada huella de sus patitas.
Así que, mientras ella desempolvaba, quitando el plástico a esa Lonely Planet que llevaba guardada en el baúl de los sueños rotos desde que El País decidio acercar la magia francesa a los pequeños españolitos, yo me hacía con un magnum, para celebrarlo con los chicos.
Sin saber que lo mejor, estaba por venir. No fue terminar descubriendo que 2:35:1 en Berns es infintas veces mejor de lo que imaginaba, ni encontrarme con el camarero más encantador de todo Stk, ese negrón directo de Cuba con el que siempre hay risas que echar, ni bailar con todo el mundo o pasar una noche genial.... Sino que Enrique, gracias a los ánimos de Pablo, encontró ese piso que podría convertirse en nuestro hogar dorado.
Propiedad de un diseñador, se alquila durante períodos relativamente largos (lo de Stk con los pisos es de flipar, la peña alquila durante 2-3 meses pero es muy complicado encontrar contratos de más de 12...) y está situado donde siempre soñamos. En el Söder de nuestros amores. Entre mi escuela de baile y el pendeltag (que nos lleva en 15min al curro) cerca de nuestros sitios favoritos, dios, es un sueño.
No puedo esperar a que el padre del artista - que actualmente reside en Hong Kong, un descojone llamar y que ese mensaje en inglés con inconfundible acento chino te comunique apenado que no puede atender tu llamada - nos llame, nos lo enseñe. Ojalá seamos los primeros, ojalá pronto demos, el sí quiero.
Los sueños sueños son, en el aire se quedan. Ahora mi horizonte sonrie porque lo que está asegurado. El próximo finde caminaré por Berlín, en Påsk nos tostaremos en Atenas, que el día del trabajo será para mi Reina de Tulipanes Blancos, space muffins y - hopefully - mis niñas de Zaragoza (incluidas en el Amsterdam-package), que las flores de Mayo traerán a mamá, Daladdin y E'paña. Que 4 días tienen que dar para ver a mi familia. Y que si Vero, Alvi y su nuevo compi me acogen por enésima vez... Despediré el país quemando Madriz.
La familia de mi mamá era roja, muy roja. Así que, cuando las cosas se pusieron negras, muy negras, se refugiaron en Francia. Mi abuelita, nacida en París, hablaba francés y mi mamá, creció con historias de sombras que no lo eran tanto, en la ciudad de la luz y el amor.
Años después, mi mamá me llevó a Eurodisney. Yo era demasiado pequeña para entender lo que la ciudad significaba. Así que, pataleé y conseguí arruinar el único día en el que la pobre paseó por su mítica Paris - porque volver al parque era algo mucho más importante... Los años pasan y una, que asume sus errores, decide resolverlos y no dejar que la historia se repita, aunque ella nunca me lo reprochara, sé lo hice y me arrepiento. Mucho.
- Cuando sea mayor, encontraré un trabajo. Cuando tenga un sueldo, ahoraré. Cuando sea suficiente... Llevaré a mi mamá a París, porque la misma cabezonería que le robó la oportunidad, se lo devolverá.
- Hija mía, no entiendes que hay cosas que no son posibles.
- No mamá, todo es posible, sólo hay que proponérselo.
Cuando Oscar me dijo que podía largarme en Mayo, lo vi claro.
No sé si me despedirán en los layoffs que todavía tienen que anunciar; no sé si el año que viene seguiré aquí, si habrá tiempo, dinero o salud como para hacer la maleta; no sé qué será de mí, pero sé dónde estoy y soy consciente de que las oportunidades, no se repiten a menudo. A vivir, a disfrutar del momento, he aprendido de mi pequeño tanto como de los errores pasados - no ir a Noruega por terminar el PFC, no pisar Kiruna por acabar antes, no sonreir porque mi vida no es como yo creo que sería mejor... - así que es el momento de empezar con las clases prácticas.
Vamos el 15,volvemos el 19. Me chupo una larga escala en Copenhague. Aterrizo en De Gaulle y ella en Orly mil horas antes. A quién le importa? Nada puede ir mal si estamos juntas, nadie nos hará sombra en la ciudad de la luz. Con lo caros que son los vuelos y lo apretado de mi bolsillo, el hotel iba a salir malparado:
- Quiero invitarte, que duermas en Montmartre, pero en conocer mis limitaciones propias soy buena... Por mucho que sueñe, mi realidad no da para más.
-Ay hija, para una vez que salgo... Puedo poner algo, no?
Y así, mi mamá, la que solía asustarse por soñar, dio el mazazo que puso en nuestro destino Le Chat Noir. El gato en rojo y negro, dejando sonrisas en cada huella de sus patitas.
Así que, mientras ella desempolvaba, quitando el plástico a esa Lonely Planet que llevaba guardada en el baúl de los sueños rotos desde que El País decidio acercar la magia francesa a los pequeños españolitos, yo me hacía con un magnum, para celebrarlo con los chicos.
Sin saber que lo mejor, estaba por venir. No fue terminar descubriendo que 2:35:1 en Berns es infintas veces mejor de lo que imaginaba, ni encontrarme con el camarero más encantador de todo Stk, ese negrón directo de Cuba con el que siempre hay risas que echar, ni bailar con todo el mundo o pasar una noche genial.... Sino que Enrique, gracias a los ánimos de Pablo, encontró ese piso que podría convertirse en nuestro hogar dorado.
Propiedad de un diseñador, se alquila durante períodos relativamente largos (lo de Stk con los pisos es de flipar, la peña alquila durante 2-3 meses pero es muy complicado encontrar contratos de más de 12...) y está situado donde siempre soñamos. En el Söder de nuestros amores. Entre mi escuela de baile y el pendeltag (que nos lleva en 15min al curro) cerca de nuestros sitios favoritos, dios, es un sueño.
No puedo esperar a que el padre del artista - que actualmente reside en Hong Kong, un descojone llamar y que ese mensaje en inglés con inconfundible acento chino te comunique apenado que no puede atender tu llamada - nos llame, nos lo enseñe. Ojalá seamos los primeros, ojalá pronto demos, el sí quiero.
Los sueños sueños son, en el aire se quedan. Ahora mi horizonte sonrie porque lo que está asegurado. El próximo finde caminaré por Berlín, en Påsk nos tostaremos en Atenas, que el día del trabajo será para mi Reina de Tulipanes Blancos, space muffins y - hopefully - mis niñas de Zaragoza (incluidas en el Amsterdam-package), que las flores de Mayo traerán a mamá, Daladdin y E'paña. Que 4 días tienen que dar para ver a mi familia. Y que si Vero, Alvi y su nuevo compi me acogen por enésima vez... Despediré el país quemando Madriz.
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